La comisión local de Urbanismo conoció ayer el contenido de las consideraciones que el consistorio ha planteado a la Consejería de Cultura en relación a la tramitación del expediente de declaración de bien de interés cultural del poblado minero, protección que también afecta a la mina de la Esmeralda, donde el nuevo plan de urbanismo planifica un sector residencial con un potencial de 768 viviendas.

La zona de protección que se establece en el expediente de la declaración es muy superior a la recogida en el nuevo plan, que lleva menos de una semana en vigor. En la declaración se recoge un entorno de protección para las minas la Esmeralda, María Estuardo y San Salvador que es "de unas 40 hectáreas", según confirmaron en la consejería a preguntas de este diario tras la publicación de la incoación de este expediente, mientras que el nuevo plan deja casi nueve hectáreas alrededor de las tres minas como espacio libre (zona verde).

No todas las 40 hectáreas de esta zona de protección de las tres minas que establece la declaración se encuentran en el sector residencial, que tiene una superficie bruta de 71 hectáreas, aunque sí tiene incidencia en algo menos de la mitad del mismo, por lo que el consistorio solicita a Cultura que se aclare qué obras y construcciones se pueden acometer en el entorno de protección de las minas y las limitaciones derivadas de esa protección sobre la actuación urbanística prevista en el plan, que transforma en urbanizables los terrenos del sector. No es el primer inconveniente que se plantea para su desarrollo, en otros informes de la Junta ya se han recogido objeciones a su planificación.