El reparto de entradas para el concierto del argentino Coti y los extremeños Jan y El desván del duende (hoy, a las 21.30) terminó ayer como la historia de una polémica anunciada. El tirón del músico argentino, como ya ocurrió hace unas semanas en Badajoz con el grupo M-Clan, hacían prever que el aforo del Auditorio --no se ha hecho en el hípico por falta de acuerdo con el ayuntamiento-- sería insuficiente para absorber la previsible demanda juvenil, aún más siendo gratuito. Así fue.

Decenas de jóvenes que se quedaron sin invitaciones protestaron indignados ante la taquilla del centro. Se requirió presencia policial aunque no se produjeron incidentes. Algunos de los afectados presentaron reclamaciones escritas ante la Junta.

UNA LARGA COLA La taquilla del Auditorio abrió a las 11.00 para distribuir las invitaciones. A las 11.20 ya se habían agotado. A esa hora todavía una larga cola de gente, que alcanzaba el colegio Giner de los Ríos, se agolpaba en la calle y durante todo el día un goteo incesante de jóvenes se acercaron hasta el Auditorio en busca de entradas.

Supuestamente se iban a repartir invitaciones "hasta completar el aforo del Auditorio --1.150--, menos una fila que se quedará libre", anunció días antes el director general de Juventud, Juan José Maldonado. Sin embargo, según informaron ayer los empleados de la taquilla a los jóvenes, sólo se habían facilitado para su reparto unas 600. Se daban dos por persona.

"¿Dónde están las otras 400 o 500?", preguntaba Braulio Díaz. Este joven llegó a la cola con Cristina Sánchez a las 9.45. Los dos son de Badajoz y se desplazaron hasta Cáceres para intentar conseguir una entrada. El que iba delante de ellos se llevó las dos últimas, con la numeración 599 y 600. "Se nos ha quedado cara de tonto cuando hemos llegado a la taquilla y nos han dicho que ya no quedaban más. Dicen que han dado 600 entradas, pero delante de nosotros no había 300 personas", lamentaba Cristina Sánchez.

Ambos, junto a María Sánchez, presentaron una reclamación en la consejería de Cultura. "Sabemos que no vamos a conseguir nada, y menos una entrada, pero por lo menos a ver si se les cae la cara de vergüenza", concluyó Cristina. Este diario trató ayer sin éxito de contactar con los responsables de la Dirección General de Juventud.