Calles intransitables, barrizales, tragantes hundidos, ausencia de parques, saneamiento mal diseñado e inexistente en algunas zonas... Responsables de la asociación vecinal de la Estación Arroyo-Malpartida enumeraron ayer sus deficiencias y dijeron estar "hartos" tras dos años de reuniones con el Ayuntamiento de Cáceres y ninguna respuesta. "Hemos solicitado repetidamente las mismas reformas, pero nada", lamentó el presidente, Manuel Martín. Su principal inquietud radica en dos carencias: la falta de médico (han pedido a la Junta que acuda al menos uno por semana aunque de momento no hay solución), y la existencia de un solo viaje diario a Cáceres en autobús.

La Estación tiene censados cerca de 50 vecinos (ha subido ligeramente), pero en vacaciones y fines de semana alberga hasta 250 familias que disfrutan de una segunda residencia en esta barriada cacereña, cuyos terrenos pertenecen en su mayoría a Renfe. Hace dos años se celebró una primera reunión entre la compañía ferroviaria, el ayuntamiento y los vecinos. "Las dos entidades se comprometieron a firmar un convenio para mejorar la Estación, pero seguimos esperando y no tenemos constancia de que se haya producido", señaló el presidente, contrariado por las declaraciones realizadas el domingo en EL PERIODICO por la delegada municipal de la barriada. "Habla de inversiones y no hay nada nuevo", subrayó.

Además de las deficiencias urbanísticas, gran parte de los vecinos superan los 70 años y carecen de asistencia sanitaria, de modo que deben desplazarse a Malpartida. Aquí se plantea otro inconveniente: "El único autobús hasta la capital sale del barrio a las 8.45 y regresa a las 13.30. Hay que perder toda la mañana. Por las tardes no hay comunicación", detalló el tesorero vecinal, Angel Ríos.

RECOGIDA DE FIRMAS

A finales del 2002 los vecinos decidieron recoger firmas y entregarlas en el ayuntamiento a modo de protesta. Hace un mes se trasladó a la barriada un responsable municipal de obras y anunció el arreglo del salón social, la cimentación del barrio viejo y la restitución de los tragantes en este mismo barrio y en el centro. "Llevaron un camión de arena y grava, pero allí siguen los montones y no hay señal de obras", indicó el presidente.

La directiva vecinal asegura que el distrito no ha recibido ninguna inversión desde principios de los años 90, cuando se realizaron las acometidas de electricidad y agua potable. "Sólo ha habido algún arreglo y la dotación de gradas y alumbrado en el campo de fútbol. Nada más".