La provincia cacereña registra al mes una media de nueve muertes violentas (accidentales, homicidas o suicidas). En el último año se contabilizaron exactamente 111 fallecimientos violentos, cifra que supuso el 76,5% del total de las actuaciones tanatológicas que en el año realizaron los médicos del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Cáceres.

Fueron 144 las actuaciones tanatológicas que se realizaron en aras a determinar las causas y circunstancias en aquellos fallecimientos que se produjeron por causas violentas o sospechosas de criminalidad. De éstas, y así consta en la memoria 2005 del Instituto de Medina Legal, 111 se confirmaron como muertes violentas y 33, inicialmente sospechosas de criminalidad "por ausencia de antecedentes médicos o su carácter súbito", resultaron ser muertes naturales.

Las estadísticas revelan que la mayoría de los fallecimientos por causas violentas --aproximadamente el 70%-- son accidentales, y que más de la mitad de éstos se producen en accidentes de tráfico. Así, del total de 77 contabilizadas el año pasado, 45 fueron muertes en accidentes de tráfico. A éstas se sumaron nueve muertes accidentales por intoxicación, otras nueve por precipitación, seis por caídas, tres por sumersiones y una muerte por sepultamiento, otra por quemaduras, otra por hipotermia, otra por accidente con maquinaria y una más por heridas incisas.

También constatan los datos del Servicio de Patología Forense que el número de muertes suicidas que se registra anualmente en la provincia cacereña es bastante elevado, así como que el mecanismo de producción más usual en éstas es el ahorcamiento. El pasado año los fallecimientos suicidas ocurridos en la provincia fueron 33, lo que significa un 22% del total de las muertes judiciales del 2005. De éstos, 20 se produjeron por ahorcamiento, siete por intoxicación, tres por sumersión y en dos casos se utilizaron armas de fuego.

En las muertes violentas se engloban, además de los fallecimientos accidentales y suicidas, los homicidios, de los que tan sólo dos --el 1% de las muertes judiciales--, se registraron el año pasado en la provincia. En los dos casos las víctimas fueron varones --el joven estudiante de Derecho que fue asesinado en Cáceres, en la Madrila, la madrugada del Día de Reyes; y un vecino de Losar de la Vera asesinado por el marido de una mujer a la que presuntamente acosaba- y sus agresores emplearon un arma de fuego (pistola) y un arma blanca respectivamente.

OTRAS ACTUACIONES Además de las actuaciones tanatológicas para determinar las causas y circunstancias de determinadas muertes, son otras muchas las que realiza el personal del Instituto de Medicina Legal, como inspecciones e informes en casos de autolesión, amenazas, acoso, investigaciones de paternidad, determinaciones de edad...

Actúan, en definitiva, en personas muertas, pero también en vivos. De hecho, sólo en el 2005 los forenses de la provincia llevaron a cabo un total de 3.501 actuaciones o informes periciales en sujetos vivos, de los que 2.688 fueron casos relacionados con lesiones (por agresiones, violencia doméstica, abusos sexuales, responsabilidad médica...), 552 valoraciones psiquiátricas (derivadas de casos relacionados con drogodependencias, alcohol, internamientos, incapacidades...), 176 de orden social y 85 por otros diversos asuntos.

De los siete partidos que integran el ámbito de actuación del Instituto de Medicina Legal de Cáceres, el de mayor actividad es el de la capital, que el año pasado contabilizó 1.461 asuntos; seguido del de Plasencia, con 739; Navalmoral y Coria, con 442 y 441 asuntos respectivamente; el partido judicial de Trujillo, con 249; Logrosán, con 113; y, por último, el partido judicial de Valencia de Alcántara, con 56.