Desde Adenex tenemos que mostrar nuestra satisfacción porque, aunque sea solo por una vez, el concejal Andrés Nevado, y por tanto el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cáceres, coincide con la opinión de esta asociación: la Junta de Extremadura usa y abusa de la figura del PIR (Proyecto de Interés Regional), recogida en la Ley del Suelo y Ordenación del Territorio de Extremadura, y que permite actuar a la Junta por encima de la normativa urbanística, para imponer su propia política urbanística en algunos ayuntamientos. Y lamentablemente esta política urbanística es, a veces, mucho más insostenible que la que llevan a cabo los propios ayuntamientos.

Numerosos expertos en urbanismo han defendido que los PIR deberían tener un carácter excepcional y en todo caso no deberían aplicarse para construir viviendas, para lo que ya están los planes urbanísticos municipales que son los instrumentos más adecuados.

Antonio Campesino, catedrático de Geografía Urbana, ha defendido desde estas páginas que, al contrario de lo que considera la Junta de Extremadura, según la citada Ley del Suelo de Extremadura los PIR tienen que respetar la protección que los planes urbanísticos otorgan a los suelos con algún valor a conservar. La legislación al respecto establece que cuando una cantera deja de funcionar debe restablecer los valores naturales de la zona.

Todas estas consideraciones son para la Agencia de la Vivienda de la Junta de Extremadura papel mojado. Este organismo está promoviendo un PIR en la zona de la cantera de Olleta, en la falda de la Montaña, para urbanizarla, y para ello se nos vende que la cantera va a convertirse en un estupendo auditorio natural para el 2016. Parece que con el difuso objetivo del 2016 todo es aceptable.

También tiene razón el ayuntamiento cuando afirma que una cosa es el PIR del Junquillo, integrado en la ciudad y desarrollado en una zona que el nuevo plan de urbanismo en tramitación clasifica como urbanizable, y otra cosa el PIR de Olleta, que crea una nueva urbanización descolgada de la ciudad en unos terrenos que en el nuevo plan urbanístico se clasifican como suelo no urbanizable de especial protección. Pero, además, en Adenex creemos que una vez que el PIR reclasifique esos terrenos para convertirlos en suelo urbano, con sus viviendas, parques y auditorio, difícilmente se podrá impedir que se construyan más pisos, de primera o segunda residencia, legales o ilegales, en otras zonas de la Montaña próximas a las que este PIR va a urbanizar. ¿Quién se va a resistir a construir teniendo al lado servicios como parques, tiendas, bares..? Así, el PIR de Olleta puede ser el primer paso para aumentar la presión urbanística en una zona que hasta ahora se estaba librando de ella. Una puerta abierta para construir, legal o ilegalmente, en la Montaña.

Un disparate similar a la pretensión, en este caso del ayuntamiento, de convertir parte de la Montaña y la Sierrilla en suelo urbanizable en el nuevo plan de urbanismo, aunque sea con la categoría de zona verde. La categoría de zona verde puede cambiar con el tiempo pero está claro que el suelo urbanizable no vuelve a ser suelo protegido, pero el suelo protegido si que se está convirtiendo en urbanizado. Así, con esta actitud de la Junta de Extremadura por un lado (que ya había sentado el precedente del Residencial Universidad) y del Ayuntamiento de Cáceres por otro, esta zona de Cáceres va a estar sometida en un futuro a graves presiones urbanísticas. Frente a esta política de los sucesivos "mordiscos urbanizadores" a la Montaña promovida por la Junta y el Ayuntamiento Adenex propone que la Montaña y la Sierra de la Mosca se conviertan en un parque periurbano de conservación y ocio, figura regulada en la Ley de Conservación de los Espacios Naturales de Extremadura, para compatibilizar su conservación y el disfrute del ocio de los cacereños. Para conseguir que no se den facilidades para su urbanización, y sí todas para su conservación.