La ocupación de hoteles y restaurantes de la ciudad rozan el cien por cien. El puente de la festividad de la Constitución y la Inmaculada se confirma como una de las fechas estrellas de la actividad turística de la capital cacereña. La ciudad monumental era ayer un auténtico hervidero de gente con cámaras fotográficas al hombro y planos en la mano.

Hoteles como La Marina, recién reabierto al público, confirmaron a este periódico que se encontraban al cien por cien. Los restaurantes también registran un lleno absoluto. Encontrar una mesa en un local del centro era ayer casi imposible. El Figón de Eustaquio, Chiara, Chez Manou, Los Adarves y las terrazas de la plaza Mayor, entre otros, estaban al completo.