Educar en la integración desde la infancia. Ese es el objetivo que se ha propuesto el Taller de Integración Cultural de Cáritas Interparroquial de San Mateo, que dirige el joven párroco Vicente Granado. Para hacer realidad esta intención nada mejor que la actividad que se ha puesto en marcha desde la parroquia y que se celebra los últimos viernes de cada mes. En ella participan niños inmigrantes y cacereños, que disfrutan de una jornada de convivencia en la que aprenden a conocerse y respetarse.

El primer encuentro se celebró en el parque del Rodeo. Desde los grupos de catequesis de San Mateo, los catequistas animaron a los niños a que acudieran al taller, situado en la calle San Ignacio (en el barrio de San Francisco). La convocatoria no fue todo lo concurrida que se hubiera deseado. "A mucha gente aún le cuesta dar el paso", advierte Vicente Granado, pero sirvió para avanzar "en nuestro objetivo de trabajar la interculturalidad".

La cita en el Rodeo se inició con una gimcana que incluía diversas actividades con juegos muy variados como el dragón, imitación de animales, pelota y el despliegue de un gran paracaídas que hizo las delicias de los chavales. El programa fomentaba el contacto entre los niños. "Todos aprenden a conocerse, se sienten uno más del grupo y se fomenta una amistad posterior puesto que muchos de ellos viven en el barrio".

Tras la actividad del Rodeo, los pequeños regresaron al taller. Allí construyeron sus propias caretas, coincidiendo con la festividad del Carnaval y posteriormente compartieron una merienda, compuesta por productos de comercio justo traídos de Perú, como galletas y chocolate. Participaron una treintena de niños y 18 monitores.

El programa con niños inmigrantes es muy amplio. El taller incluye salidas al campo, una tarde en el cine, y hasta una excursión a la Ribera del Marco, que se organizará con la plataforma creada para la defensa de este entorno.

Parte antigua

El taller de Cáritas Interparroquial de San Mateo también pretende realizar rutas por la ciudad monumental para que los chavales aprendan a conocerla y acudir a un parque infantil de Cáceres, como el Chiqui Park. Vicente Granado insiste en que "siempre invitamos a niños de la parroquia para que se vayan conociendo".