La Asociación de Vecinos Antonio Canales ha solicitado al ayuntamiento la presencia de la patrulla verde --nueva dotación de la policía local-- en la barriada. El motivo no es otro sino el aumento considerable e indiscriminado de los excrementos de perros en las calles y parques de la plaza de Italia y sus alrededores. Juan Meneses, presidente del colectivo vecinal, lamentó que los agentes no acudan al barrio y pidió al equipo de gobierno municipal que adopte medidas para dar solución a este asunto.

La queja de Meneses no es la única. Numerosos vecinos del barrio consultados por este diario mostraron su preocupación por la proliferación de las defecaciones. La ausencia de policías y de operarios del servicio municipal de limpieza ha obligado al vecindario a activar más que nunca su imaginación. "Nosotros ponemos azufre en las esquinas de nuestra casa y así evitamos que acudan los perros", dice una familia que vive en la calle San Jorge.

Otros colocan botellas de agua, un método antiguo y bastante eficaz, a juicio de los vecinos, puesto que el animal se ve reflejado en el plástico, se asusta y se marcha del lugar.

Juan Meneses recuerda que Antonio Canales fue el primer barrio de Cáceres que tuvo un pipi-can. "Lo inauguró Saponi", rememora el presidente vecinal, que lamenta que su instalación no haya servido de nada. "Con eso no es suficiente, hace falta más vigilancia". El asunto de los excrementos de los perros fue definido por Meneses como "el caos del barrio. El ayuntamiento --subrayó-- no toma medidas, no hay una inspección, no aparece la policía, no hay guardias y el parque está a la deriva. Deberían actuar", reitera el presidente.