Después de estar toda una vida dedicada al cuidado de sus cinco hijos, ahora con 62 años, Francisca Malpartida presta todas sus atenciones a Nazaret, su nieta de cuatro años. "Mi hija es madre soltera y yo intento ayudarle en todo lo que puedo", dice. Francisca sabe que su hija la necesita y nadie mejor que ella puede hacerse cargo del cuidado y la educación de su nieta.

Ayer se celebró el día de los abuelos y acudieron con sus nietos al Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS) en Moctezuma, donde los niños regalaron a sus abuelos una camiseta y un abanico a sus abuelas. "He querido venir con ella, porque me cuida muy bien y así puedo agradecer lo que hace por mi con un regalo", afirmó Nazaret.

Al igual que Francisca y Nazaret, muchos fueron los que se acercaron al IMAS para recibir su pequeño homenaje. Allí se encontraba también un grupo del centro Aspainca, que fue a recoger el detalle para después entregárselo a sus abuelos. Basilia Pizarro, concejala de asuntos sociales les recibió en el recinto y les entregó los regalos, además de charlar con ellos sobre la importancia de los valores familiares. "Es un acto muy emotivo, porque yo creo que los abuelos se lo merecen todo", dijo.

Segundos padres

Francisca está con Nazaret todo el día, ella ha presenciado los cambios que ha tenido desde que nació. "Es como volver a vivir la primera vez que fui madre, aunque esto es distinto, no se puede describir con palabras, es como si quisiera darle lo que yo no tuve y no pude conseguir para mis hijos".

Al igual que ella, Antonio Calvo espera con ansiedad la llegada del fin de semana. "Tengo cuatro nietos, pero con el más pequeño es con el que mejor me lo paso. Los demás ya se van haciendo mayores y no les apetece estar tiempo con los viejos... Pero me encanta llevarles al río los domingos y disfrutar con ellos el máximo tiempo posible". Antonio reconoce que desde que es abuelo pone más empeño en todo lo que hace con sus nietos y se atreve a realizar actividades que no hizo en su día con sus hijos.

Para ellos es una nueva etapa en sus vidas, los hijos han crecido y ya han abandonado el hogar familiar, pero aún sienten que tienen mucho que hacer por ellos y lo hacen sin pedir nada a cambio. Ayer fue un día dedicado a reconocer y premiar esa dedicación durante tantos años.