Se dedicaban a la venta de drogas por toda la geografía extremeña, fundamentalmente en las localidades cacereñas de Madrigalejo y Miajadas, y tenían previsto hacerse, con la mediación de individuos radicados en Madrid, de una fuente de abastecimiento constante de sustancias estupefacientes en la región, a gran escala y fluida. No pudieron llevar a fin su ilícita actividad gracias a las detenciones que de los cuatro integrantes del grupo se practicaron en el mes de agosto del 2007.

Son hechos que la Audiencia Provincial declara probado que cometieron Leonardo Jiménez, de 54 años y vecino de Hornachos; Pedro Orellana, de 55 y residente en la misma localidad; Antonio Cortés, de 34 años y vecino de Madrigalejo; Carlos Javier Masedo, de 26 y residente en Villanueva de la Serena. Y por ellos, por delitos contra la salud pública, les condena a penas que suman 15 años de prisión y 60.000 euros en multas.

Al principal imputado, Leonardo Jiménez, al que le consta una sentencia anterior de la Audiencia de Madrid, por el mismo delito y con una pena de 8 años y 6 meses de prisión, se le condena en esta ocasión a otros 6 años de cárcel; mientras que a cada uno de los otros tres condenados, de los que nos constan antecedentes penales, se les impone una pena de 3 años de prisión. A cada uno se le impone, además, una multa de 15.000 euros.

DESCUBIERTOS Las detenciones de los cuatro narcos ahora condenados fue posible gracias a unas escuchas telefónicas. Y es que según recoge la sentencia de la Audiencia Provincial, las actuaciones judiciales se iniciaron a raíz de la presentación de una denuncia por un presunto delito de estafa por la que se solicitó y autorizó la intervención telefónica de dos número utilizados por Leonardo Jiménez, y que dio lugar a la ampliación de los hechos objeto de las investigaciones a un presunto delito contra la salud pública.

Se descubrió que Leonardo Jiménez mantenía contactos con intermediarios de origen sudamericano afincados en Madrid que le suministraban las sustancias estupefacientes que, junto con el también condenado Pedro Orellana, recogían en distintos viajes a la capital, y que posteriormente distribuía entre sus contactos, entre los que se encontraban Antonio Cortés y Carlos Javier Masedo. Estos eran los encargados de su venta y distribución a pequeña escala en distintas localidades extremeñas.

Jiménez y Orellana fueron detenidos el 6 de agosto del 2007 cuando regresaban de Madrid, siéndoles intervenidos 213,92 gramos de cocaína. Tras ellos cayeron Masedo y Cortés.