Cincuenta mil bombillas y 500 kilos de pólvora transformados en quince minutos de fuegos artificiales marcaron anoche el inicio de la Feria de Mayo 2003, una edición que espera 120.000 visitantes hasta la clausura del próximo domingo y que cuenta con un presupuesto de 258.000 euros (cerca de 43 millones de pesetas). El alcalde de Cáceres, José María Saponi, inauguró las fiestas bajo la portada grande del recinto ferial a las once de la noche, acompañado por numerosos miembros de la corporación municipal.

Los fuegos artificiales rompieron el cielo con carcasas italianas azules y rojas, palmeras blancas, grupos de calderas, volcanes (subieron destelleantes desde el suelo) y las novedosas carcasas de craker , divididas en mil estallidos cobrizos. La Pirotecnia San José (Zafra) finalizó el espectáculo lanzando una traca final que abrió oficialmente la feria con sus 56 casetas y sus 100 atracciones, que comenzaron a cobrar vida desde la tarde de ayer.

AMBIENTE ´IN CRESCENDO´

"Extendemos una invitación a todos los ciudadanos para que participen en la fiesta mayor de Cáceres. Son jornadas de ocio y diversión", declaró el responsable municipal. Los primeros días de feria se esperan más tranquilos, aunque mañana se celebrará el Día del Niño, trasladado esta vez al inicio del programa a petición de los padres. La mayor afluencia se producirá a partir de mañana jueves, especialmente el viernes (fiesta local) y el sábado (el año pasado congregó a 70.000 personas de toda la provincia).

Sin embargo, según manifestó ayer el concejal de Festejos, Teodoro Casado, el recinto ferial registra un devenir continuo durante todas las jornadas. "Se ha impuesto la llamada feria de mediodía, con grupos de amigos y de empresas que se reúnen para comer en el recinto. Es un ambiente distinto al de la noche".

Las casetas se llenan desde la hora del aperitivo y cada vez son más las que optan por un programa de animación propio para atraer al público con espectáculos, enriqueciendo así el cartel oficial de la Feria de Mayo.