Tras tres meses fuera de la circulación , el radar móvil volverá hoy a las calles de la ciudad, dispuesto a controlar infracciones y excesos de velocidad.

Como ya informó en su día EL PERIODICO EXTREMADURA, el 23 de enero pasado un radar móvil comenzó a funcionar en todo el casco urbano cacereño, un nuevo servicio que se suspendía apenas tres semana después de su puesta en marcha y de haber impuesto 63 sanciones, todas ellas por exceso de velocidad.

Aunque en un principio, por fuentes de la Jefatura de la Policía Local se informó de que su suspensión se debía a la falta de señalización y la carencia de los oportunos boletines de denuncia, la causa fundamental fue la necesidad de que el radar, cedido por la Jefatura Provincial de Tráfico, pasara la revisión.

Así lo indicó ayer a este diario Jorge García, subinspector-jefe de la Unidad Operativa de la Policía Local. "El radar que empezó a funcionar en enero tenía que pasar la obligatoria revisión anual a principios de marzo y tuvimos que enviarlo a Madrid para la homologación, este ha sido el motivo de su retirada de las calles", matizó García.

COMPLETA INFORMACION

También, "y aunque no es preceptivo", se han instalado en todas las entradas de la ciudad vallas informando a los conductores de que la velocidad en todo el casco urbano, que no puede sobrepasar los 50 kilómetros, está controlada por radar. "Se trata de dar la máxima información a los conductores, pues este servicio no quiere ser represivo, sino disuasorio, para tratar de evitar los excesos de velocidad que se dan en algunas zonas de la ciudad", puntualizó el subinspector de la Unidad Operativa.

Así, desde hoy el vehículo con el radar móvil, apoyado por dos agentes motorizados, volverá a estar en las calles, especialmente en zonas peligrosas, en zonas próximas a los colegios o en aquellas donde la velocidad suele ser bastante elevada.

Para los infractores, las denuncias del radar, que se impondrán a partir de superarse los 61 kilómetros/hora, oscilarán entre 150 euros (25.000 pesetas) y 600 (99.832 pesetas), pudiendo también conllevar las infracciones graves la suspensión del carnet de conducir entre uno y tres meses.