Los trenes fueron más de la mitad de su vida su dedicación laboral y el arte esculpido en raíces su pasión desde niño, un hacer que hoy, superados ya los 85 años, aún mantiene.

A Félix Carrasco Pavón la voz se le hace emoción al hablar de sus obras, las que con sumo cuidado va creando día a día y de las que una veintena de ellas pueden contemplarse estos días expuestas en la biblioteca. Se declara autodidacta y evoca su infancia para recordar que siempre le gustó esculpir. "Con una pequeña navaja siempre estaba, desde que tengo uso de razón, tallando alguna pequeña raíz o madera que caía en mis manos",

Se crió en Arroyo de la Luz y con 31 años comenzó a trabajar en Renfe, "pero como Dios me dio este don, el tiempo que no estaba trabajando lo dedicaba a tallar, a crear figuras en cuantas raíces recogía del campo". Trabajó en Arroyo, Mérida y Cáceres, ciudad en la que se asentó definitivamente tras su jubilación, y donde sigue volcado en su arte. Es lo que le mantiene activo, crear en su taller y dar clases de talla y pirograbado en la Asociación de Pensionistas la Peña del Cura, "totalmente gratis", hace constar.

Mucha dedicación

Aunque trabaja varias disciplinas, como bajo relieves, obras en cobre..., su seña de identidad son las esculturas en raíces, fundamentalmente de olivos, que recoge en sus múltiples paseos por el campo cacereño.

Es una técnica que asegura tiene mucho trabajo. "Es muy trabajoso, pues no es solo el tiempo que tienes que dedicar a limpiar las raíces, una tarea que se tiene que hacer muy en profundidad y que requiere ser muy meticuloso, es que esculpirlas después no es nada fácil, pues estas raíces son realmente acero puro". Y a ello hay además que sumar la creatividad, ya que la idea "muchas veces surge enseguida, pero otras lo va haciendo según vas tallando", algo que se hace de abajo a arriba, matiza.

Son obras que tienen una buena acogida entre el público, como demuestran los varios premios que ya ha cosechado, no solo aquí en Extremadura, como el que obtuvo en Guadalupe, sino también en Santiago de Compostela; trabajos a los que Félix Carrasco asegura seguirá dedicándose "hasta que Dios quiera, hasta que la salud me lo permita".