A esto sí que se le llama una obra a medias. Hablamos de la calle Alzapiernas, donde las escalinatas que suben desde Moret fueron debidamente suprimidas por una rampa en el lateral para facilitar el paso a discapacitados, mayores y coches de niño. Pero el último tramo, el que desemboca en Obispo Galarza con varias escaleras seguidas y empinadas, se mantiene tal cual, sin rampa ni acceso alternativo. Uno sube y se encuentra con tamaña sorpresa.