El 29 de septiembre. Esa es la fecha en la que tendrá lugar la reapertura oficial del nuevo seminario diocesano, cuyas obras de reforma están a punto de terminar y han supuesto una inversión de más de cuatro millones de euros. No obstante, los seminaristas mayores, que hasta ahora se habían alojado en la Casa de Ejercicios de la Montaña, regresaron ya este fin de semana al remozado edificio, donde residirán, aunque la ‘inauguración’ no será hasta el día 29.

Tal fecha dará comienzo oficialmente el curso diocesano con una misa y una lección inaugural, tras la cual se servirá un tentempié. Los seminaristas menores, los sacerdotes en activo y las religiosas (la congregación de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, de Madrid), que también residirán en el edificio, irán llegando progresivamente. El seminario cuenta con 19 plazas para seminaristas mayores, 17 para menores, 9 para sacerdotes en activo y 6 para religiosas. Todas las plazas están ya completas, con lo que, en total, 51 personas vivirán en el inmueble.

Actualmente, los operarios trabajan en los últimos retoques de pintura y acondicionando las instalaciones con el mobiliario pertinente. «Queda por habilitar el teléfono, el wifi y la calefacción», añadió ayer el rector del seminario, Miguel Ángel Morán. Por su parte, el obispo de la diócesis Coria-Cáceres, Francisco Cerro, quedó ayer «encantado» tras visitar las obras. «Lo que tiene la Iglesia hay que ponerlo en valor y el seminario va a cumplir su misión. Este edificio va a tener muchísima vida. La inversión ha sido grande pero sin duda ha merecido la pena», comentó Cerro.

La reforma del seminario se ha financiado tanto con fondos propios como con donaciones de instituciones y particulares, las cuales han superado los 67.000 euros. De hecho, hasta 11 habitaciones han sido ‘adoptadas’ --sufragadas íntegramente por donaciones particulares--, por lo que los cuartos llevarán el nombre de sus ‘padrinos’ en la puerta, como ya se hizo en el anterior seminario.

El nuevo contará con cuatro plantas, además del sótano, y funcionará bajo un sistema de energías renovables. «Siguiendo los dictámenes del Papa Francisco, se ha convertido en un edificio ecológico, que respeta absolutamente el medio ambiente», comentó Morán, para lo que la diócesis ha utilizado diversas energías renovables como la geotermia, la fotovoltaica o la biomasa. Incluso durante el día han habilitado un sistema de luz solar en algunas dependencias y, como no podía ser de otra manera, el inmueble garantizará la accesibilidad universal.

DOS BIBLIOTECAS / Entre las dependencias más destacadas se encuentran las bibliotecas, las cinco capillas independientes o los dos comedores, además de las diversas aulas de estudio. El centro contará con dos bibliotecas, una de filosofía y teología con alrededor de 8.000 volúmenes y otra, la biblioteca histórica, oculta hasta ahora. «La --biblioteca-- de filosofía es la más amplia de la región y la histórica no era consultable por el público porque no contábamos con las instalaciones adecuadas para ello. Dispone de más de 40.000 volúmenes y están organizados por uno de los sistemas más eficientes para realizar consultas», agregó el rector del seminario.

En el centro, afiliado a la Universidad Pontificia de Salamanca y donde se imparte el Grado universitario en Teología, convergen también el Instituto Teológico San Pedro de Alcántara (que ofrece formación para las personas que aspiran a ser curas), el Instituto Superior de Ciencias Religiosas (que enseña filosofía y teología) y el Centro de Estudios San Pedro de Alcántara. Por último, el seminario contará con otra entrada, además de la principal por la avenida de la Universidad, que se encuentra en la avenida Héroes de Baler y duplicará el acceso a las instalaciones.

«Hemos conseguido la independencia de cada comunidad. Le hemos dado autonomía a cada zona y las hemos dotado de los servicios básicos», remarcó Morán. «Antes no había ni baños en las habitaciones. Los alojados tenían que bajar a ducharse hasta el sótano, donde había duchas comunes». El seminario diocesano se ha catapultado de repente al siglo XXI, gracias a una reforma que, al mismo tiempo que respetará el medio ambiente, ofrecerá de forma austera los servicios básicos de los tiempos que corren. «Hace 50 años tener servicio en una casa era un lujo; ahora es una necesidad», concluyó Morán.