Aceite de oliva, 1.10 euros; arroz, 0.30 euros; azúcar, 0.35; merluza, 2.10; colonia Nenuco, 1.25... Estos son los precios de algunos alimentos básicos que se pueden adquirir en un pequeño supermercado ubicado en un rinconcito de la calle Málaga. El SAC (Servicio de Alimentación de Caridades) es un supermercado regentado por un grupo de voluntarias, pertenecientes a Cáritas.

Este servicio se financia a través de las aportaciones de seis parroquias cacereñas y de la Asociación de Caridad San Vicente de Paúl, que lleva 10 años practicando la caridad de una forma diferente. En él, los clientes pagan tan sólo el 30% del precio original de los alimentos y el resto, el 70%, corre a cuenta del SAC.

Requisitos

En la actualidad, con este servicio se ven beneficiadas 82 familias cacereñas, que suponen 380 personas. Son ciudadanos jubilados, con muy poca paga; matrimonios en paro, pero que deben estar inscritos en él... en definitiva, deben reunir una serie de requisitos.

"El número oscila cada mes, pues puede haber familias que encuentren trabajo y ya no necesiten esta ayuda o, al contrario, que haya cada vez más ciudadanos que la precisen; por desgracia, suele ser lo habitual. Cada mes hacemos un seguimiento a todas las familias para asegurarnos de que continúan reuniendo los requisitos", explica Nati Quintana, responsable del SAC.

Los clientes de este singular supermercado tienen un límite de compra. "Nos gustaría poder ofrecerles un servicio completo, pero el dinero de las donaciones no nos da para subvencionar más cantidad de alimentos. Así, por ejemplo, una familia con un miembro puede adquirir una cantidad máxima de 11 euros; de dos miembros, 13 euros; de tres, 15 euros... y de seis miembros, 23 euros. Pero puedo asegurar que es suficiente, con esta cantidad se llevan carros llenos de comida", afirma Quintana.

En este pequeño rincón de la ciudad muchas familias necesitadas encuentran una ayuda gracias al trabajo altruista de los cerca de 75 voluntarios que desarrollan este proyecto.