Arroyo de la Luz y Malpartida se oponen a la expansión urbanística de la estación de Arroyo en el nuevo Plan General Municipal (PGM) de Cáceres porque "desestabiliza el crecimiento de nuestras poblaciones", según resumió ayer Santos Jorna, alcalde de Arroyo. El nuevo plan planifica el desarrollo de 1.733 unifamiliares en el entorno de la actual estación de Arroyo-Malpartida, que, a pesar de estar a quince kilómetros de Cáceres, es un barrio de la ciudad. El alcalde cacereño, José María Saponi, recibió ayer a sus homólogos de Arroyo y Malpartida, Antonio Jiménez.

Santos Jorna y Jiménez entregaron ayer la alegación conjunta que sus dos municipios presentan al nuevo plan, que hasta el lunes está en fase de exposición pública. En esta alegación se pide que "sigan como suelo no urbanizable", comentó Jorna, las 130 hectáreas que con el nuevo plan general de urbanismo se recalificarían para que se puedan edificar las 1.733 unifamiliares.

En el nuevo plan de urbanismo se apuesta por la estación y su entorno como el núcleo donde desarrollar la demanda de segunda residencia de los cacereños. En un principio se realizó una previsión de 380 unifamiliares, pero durante el primer plazo de alegaciones al plan, celebrado en noviembre del 2005, y ante la demanda de una mayor oferta se aumentaron las previsiones hasta las 1.733 actuales.

Uno de los planteamientos de esas alegaciones iniciales y que llevaron al incremento de 380 a 1.733 unifamiliares fue que la falta de suelo urbanizable para segunda residencia era causa de proliferación de los núcleos de edificaciones en suelos protegidos (llanos, dehesa...).

Pero el planteamiento de los alcaldes es diferente. Jorna comentó que "esas segundas residencias se transformarán en primeras residencias", cuya población irá en demanda de servicios (sanitarios, educativos...) a "Arroyo o Malpartida, que están más cerca, y no a Cáceres". Y añadió que a esto se suma que será necesario un replanteamiento de las infraestructuras y servicios (la carretera, la red de agua...).

NUEVO PUEBLO Otra de las preocupaciones de los alcaldes es que estas 1.733 unifamiliares entran en competencia con los respectivos desarrollos residenciales de sus poblaciones. "Antes de planificarlas se debió contar con nosotros, porque no es razonable que se cree un nuevo pueblo", reiteró el alcalde de Arroyo.

Saponi escuchó ayer a los dos alcaldes, quienes le informaron de su alegación, que será examinada por los técnicos del plan en las próximas semanas. Jorna indicó que ayer se quedó en celebrar una próxima reunión. H