Manolo Bejarano vuelve a Las Ventas el próximo día 21, después de tres años. Lidiará toros de la ganadería del Sierro, propiedad de Luis Sánchez Urbina y compartirá cartel con Rafaelillo, de Murcia. El tercer diestro está por confirmar. "Va a ser una tarde con mucha responsabilidad, me juego mucho, porque de ella dependerá mi futuro, debido a que Las Ventas es el trampolín que tenemos los toreros que estamos en la mitad del escalafón, para darnos a conocer", explica.

Este año sólo lleva una corrida de toros, en la feria de Cáceres, donde obtuvo un gran triunfo con dos faenas serias e imponentes a sendos astados de los Herederos del Conde de la Corte. Logró cortarle dos orejas a un toro y abrió la puerta grande. "A ese triunfo le debo mucho porque me ha dado la oportunidad de poder asistir el 21 a Las Ventas ", asegura. Ir a Madrid le supone una gran responsabilidad y lo que no quiere es defraudar al público.

Esta es la novena vez que toreará en Las Ventas, y como todas las que ha ido siente "un gran miedo escénico". "Respeto mucho a la plaza, para mí es una gran ilusión poder torear en ella", añade. Bejarano guarda un buen recuerdo de su segunda tarde en Madrid: "Si no hubiera sido por el fallo a espada, además de la vuelta al ruedo que dí, podría a ver tenido un triunfo mayor". Ahora espera que el día 21 todo salga mejor.

Lleva desde los 15 años en el mundo de los toros. En 1995 debutó con caballo y picadores, en 1999 tomó la alternativa y así hasta hoy, con seis años de matador de toros en su haber. Cuando está delante de un toro el primer pensamiento es que envista bien y disfrutar de la faena. Su sueño es que esto ocurra en Madrid.