TNto pretendo alimentar ninguna polémica, pero soy consciente de que hay quienes se dan por aludidos con cualquier cosa. Sin embargo, sí quería hacer algunas reflexiones para compartirlas con quienes todavía ven las cosas con tranquilidad, sin apasionamientos espasmódicos ni intereses de cualquier tipo.

El que suscribe tiene la tarjeta de El Corte Inglés desde hace muchos años e Isidoro Alvarez es el primero que me felicita por carta a principios de año. Escribo esto para que vean mi especial relación con estos almacenes. Además, compro en el centro de oportunidades y hasta voy de vez en cuando al Supercor. En cuanto a lo de viajar, me lo resuelven muy bien en Viajes Suroeste, que es de Cáceres y la primera de todas.

Dicho esto, hay una serie de cuestiones que quiero plantear:

¿La instalación de un gran almacén de El Corte Inglés en un sitio tan concreto y problemático como el famoso solar --de las Carmelitas-- es condición inexcusable para que la cadena venga a Cáceres o es por otros intereses? Por que quien no iba a ir a El Corte Inglés porque estuviera, por ejemplo, al lado de Sprinter o en el solar del parque de maquinaria de Obras Públicas, ese que no quiere ni a tiros el señor Ibarra, ¿por qué sera, además si está en Badajoz y viajamos 90 kilómetros en procesión.

¿Por qué cuando uno accede a los planes de expansión de la cadena no aparece Cáceres y sí, desde el 2007, Talavera, Jaén, Guadalajara. Elche, Leganés, Cascais, el incendiado edificio Windsor y, lo que es peor para Cáceres, hasta Salamanca?, y eso que en los planes de expansión están, además de los grandes almacenes, nueve oulets, catorce Telecor, cuarenta y dos agencias de viaje, quince Opencor, once Supercor y veinte nuevos Sferas, incluido uno en Arabia Saudí.

¿Cómo se puede admitir un colegio, si es que llega el caso, empotrado entre un callejón sin salida a la calle San Pedro de Alcántara, la amputada calle obispo Jesús Domínguez, las traseras de los edificios de Santa Joaquina de Vedruna, las diez-once plantas de edificios de la avenida de Virgen de Guadalupe y el nuevo gran almacén?

¿Es lo mismo un gran almacén de El Corte Inglés o un entramado de tiendas de electrónica, viajes, Sfera, supermercado y, por ejemplo, más locales comerciales, además de despachos, franquicias y otras cosas? No creo que sea lo mismo.

Luego además hay otras preguntas que plantea esta operación: ¿El plan municipal depende de este asunto o este asunto depende del plan general?, ¿el gobierno y su estabilidad también dependen de esta operación?, ¿las compensaciones que recibe Cáceres por esta operación son similares a las obtenidas por Salamanca?, ¿se conocen esas compensaciones o se ha informado de ellas?, ¿la capitalización del solar revertirá íntegramente en Cáceres o acabará por orden en Valladolid? En esta última cuestión hay que recordar que fue una donación que hicieron familias de Cáceres.

Soy consciente de que quienes viven en los alrededores del esquinazo de oro o tienen locales o negocios suspiran por el maná y se cabrean con cualquier opinión que no sea la de su bolsillo. También soy consciente de que cualquier encuesta callejera sacaría a hombros a El Corte Inglés y al tito Isidoro, y no a los políticos, quienes no se deben confundir, ya que eso a la gente le trae al pairo. Pero también sé que quienes no están en esa situación sufrirán la acumulación excesiva de usos y funciones en un espacio que ya está muy saturado porque, por lo visto, si no se instala en este solar no puede estar en Cáceres. ¡Qué cosas nos pasan aquí!

Todo esto, si llegara el caso, que uno es agnóstico (no niego su existencia, pero me resulta inaccesible a mi humano entendimiento) gracias a Dios.

Y sin más termino y les dejo reflexionando como yo he hecho. Ahora pueden comentar en los bares, opinar en los blogs, alabar o insultar y hasta pensar mal, que eso, además, es muy español. Pero yo les recomiendo mucha calma. Gracias por su atención.

*El autor fue concejal del PP en la anterior legislatura y presentó su dimisión al no estar de acuerdo con las compensaciones que iba a recibir la ciudad por la recalificación urbanística que incrementaba los usos en el solar del colegio de las Carmelitas al estimar que eran insuficientes ante los beneficios económicos que iba a generar esta operación a particulares .