San Blas celebró ayer su tradicional romería que congregó a más de 3.000 personas, según datos de la parroquia, que puso a la venta 10.000 roscas. A primera hora de la tarde ya se habían vendido la mitad. La de ayer fue la última romería antes del inicio de las obras que transformarán el Refugio, ahora un descampado con dos edificios y un campo de tierra de fútbol-7, en una urbanización residencial de 97 viviendas, una intervención que se planificó hace tres legislaturas para terminar con un problemático foco de infraviviendas y cuyo inicio "depende ya solo de los promotores", manifestó el alcalde, quien asistió a la romería.

La mesa de contratación municipal propuso en febrero del 2002 la venta de las dos parcelas que forman el Refugio al grupo Santano, que ofertó 1.111.000 euros y la realización de inversiones por más de 700.000 euros para la urbanización, la creación de nuevos espacios verdes, la ampliación de la ronda del Matadero y la recuperación del edificio del Refugio y de la ermita de Santa Vito. Todas las viviendas serán de protección oficial. El Refugio ocupa una superficie de casi 1,4 hectáreas.

EFECTO DEL CAMBIO DE FECHA

El cambio de fecha de la romería, que dejó de celebrarse la tarde del 2 de febrero, aunque este año ha coincidido con un día festivo, y se pasó al sábado por la tarde, ha servido para consolidar la fiesta de San Blas, según afirmaron ayer el párroco, Antonio de la Huerta, que calculó que aproximadamente 3.500 personas participaron en la romería, y el edil de Festejos, Teodoro Casado. Su concejalía interviene junto a la parroquia y la asociación de vecinos de San Blas, que repartió coquillos y sorteó regalos entre todos los que se presentaron en su sede vestidos con el traje regional y de campuza, en la organización de la fiesta y de la romería.

El párroco explicó que este año se han encargado dos mil roscas menos, ya que en el 2002, cuando se pusieron a la venta 12.000, sobraron. El dinero que se recauda se destina a la financiación de las actividades de una de las parroquias que más ha crecido en extensión, ya que al núcleo inicial de San Blas y Pinilla se ha sumado toda La Mejostilla, con sus distintas fases, y también dependerá de la parroquia el residencial del cuartel Infanta Isabel, la urbanización Montesol y las viviendas que se edifican detrás de la comandancia de la Guardia Civil.

Antonio de la Huerta señaló que, según el censo municipal, solamente en los barrios de San Blas y Pinilla residen 3.400 personas, una población que ya supera La Mejostilla, donde hace unos años se construyó el centro parroquial de San Juan Macías.

En el escenario que ayer se instaló junto a la ermita de San Blas actuaron el Grupo de Folclore Cacereño El Redoble y el Grupo Municipal de Canto y Danza.