El Refugio San Jorge (perrera municipal) reclama 80.000 euros al Ayuntamiento de Cáceres. La cantidad corresponde a las ayudas de 2015, 2016 y 2017. De los dos primeros años se debe la mitad de la subvención (20.000 euros de los 40.000 a los que asciende la ayuda) y este año aún no han recibido nada de esta colaboración. El colectivo asegura que la situación, sin recursos, es insostenible.

Hasta el momento logran mantenerse con las donaciones, pero no es suficiente. Actualmente tienen acogidos a casi un centenar de animales, por lo que los gastos cada vez son mayores; al igual que las facturas de la clínica veterinaria que trata a los animales que recogen en mal estado, a la que adeudan 25.000 euros. Han solicitado ya varias reuniones con el ayuntamiento para abordar la situación, pero no han obtenido respuesta.

Al problema económico se une otro de espacio. Y es que el terreno con el que cuentan se les queda pequeño, ya no caben más animales. Son incapaces de negarse a atender las llamadas para recoger a los que están abandonados, pero les resulta complicado acogerlos a todos. «Es imposible. Tenemos 23 cheniles para los casi 90 animales que tenemos ahora. Ya no caben más, pero no paran de llamarnos para que atendamos nuevos abandonos», indica Laura Varaldi, una de las personas que gestiona el Refugio (tienen a una trabajadora contratada y en él colaboran 12 voluntarios).

La última semana ha sido de las peores en lo que va de año. Han recogido tres camadas de cachorros abandonados, en total 17, además de otros doce de edades más adultas. Casi una treintena en solo siete días. «Sabemos que la primavera es periodo de camadas, pero a los 17 que hemos recogido los hemos encontrado en solo dos días. No damos abasto», insiste Varaldi.

Necesitan urgentemente acogida para los cachorros recogidos porque en la perrera corren el riesgo de contagiarse de enfermedades. Hace poco han tenido un caso de parvo, si los pequeños se contagian, acabarían muriéndose.

Se quejan además de que en la provincia no existe un organismo oficial que se encargue de recoger a los animales abandonados, por lo que todas las instituciones dirigen a las personas que encuentran perros al Refugio. «Recogemos perros en toda la provincia porque es una obligación moral, no seríamos capaces de dejar a un animal abandonado en la calle, pero necesitamos que pongan una solución a esto porque nosotros solos no podemos llegar a todos los rincones de la provincia y nos llaman desde muchos sitios», subraya Laura Varaldi.