La pericia de los bomberos Ricardo Hurtado, José Blázquez y Fernando Lancho acabó ayer con el sufrimiento de Bombi , la perrita de tres meses de raza samoyedo que llevaba más de una semana abandonada en el balcón de un piso del número 17 de la Ronda del Carmen.

En apenas media hora los efectivos del Sepei, con una destreza admirable y jugándose el tipo, consiguieron tender una escalera desde una azotea situada enfrente del lugar donde se encontraba el animal. No hizo falta una orden judicial para entrar en el domicilio que hasta en cinco ocasiones había intentado lograr el propietario del piso, del que se marcharon sin previo aviso los dueños de Bombi , rebautizada así por las responsables de la protectora de animales que ayudaron en las labores de rescate, en reconocimiento a los efectivos del parque de bomberos.

La operación, realizada por el Sepei a instancias de la protectora y la concejala de Asuntos Sociales, Basilia Pizarro, fue considerada como el rescate de un animal abandonado, sin que el inmueble sufriera daño alguno por la intervención que se produjo a las 17.30 horas.

Hasta el momento del desenlace del rescate no faltaron los momentos de tensión. Era fundamental garantizar la seguridad de los bomberos, que transportaron la escalera tres pisos arriba por el hueco interior del inmueble. Varios vecinos permanecieron en sus ventanas, atentos a lo que sucedía en el exterior.

"No ha molestado a pesar de llevar varios días en el balcón", aseguró David González, vecino del edificio, que ha acudido al final del cautiverio a dar de comer a la perrita mediante un canalón.

Lágrimas de emoción

El bombero Ricardo Hurtado consiguió llegar hasta Bombi de rodillas sobre una escalera metálica situada a 15 metros del suelo. La abrazó y se la entregó a sus compañeros en el momento más emocionante del rescate. Fue a continuación, ya en manos de Juana García, presidenta de la Asociación Cacereña Para la Defensa de los Animales, cuando ésta no pudo reprimir las lágrimas, junto a la vicepresidenta Isabel Alcalá. "Está débil y sucia, pero saldrá adelante", decían.

El animal, tiritando y de una belleza espectacular, fue trasladado de inmediato al veterinario que certificó su buen estado. Ahora Bombi será puesta en adopción. La protectora recibió un buen puñado de llamadas interesándose por ella. Una historia, esta vez, con final feliz.