Santa María está de buen año. Además de la aprobación de la última fase de su reforma contra el mal de la piedra, la Comisión Mixta Iglesia-Junta de Extremadura incluye entre sus planes la limpieza del retablo mayor, catalogado entre las mejores piezas del Renacimiento español (1550), que se restauró y limpió a fondo hace dos décadas y ya necesita una nueva intervención. Los trabajos comenzarán en breve con unos 40.000 euros de coste.

Se trata del patrimonio más importante de la concatedral, una extraordinaria pieza de Roque de Balduque y Guillén Ferrant. Tiene cinco calles, la central con esculturas dedicadas a la Virgen y las cuatro laterales con doce grandes tableros de relieve, y cuatro entrecalles con las esculturas de los apóstoles. Parte del sotobanco está oculta desde 1959 por la sillería, introducida al elevarse el templo al rango de concatedral. Esta sillería coral fue terminada en 1959 por el destacado catedrático de Bellas Artes de la Complutense, Fernando Cruz Solís. Entonces también se trasladó el Calvario de cedro (1551) desde lo alto del retablo a la capilla de Santa Ana.