La comisión de Economía del ayuntamiento afronta desde esta semana la revisión de la ordenanza fiscal de las terrazas de Cáceres, que no se abordó en la pasada legislatura cuando se modificaron muchas de las normativas que regulan las tasas del ayuntamiento, incluso se revisó la del aprovechamiento especial del dominio público, en la que ahora se incluyen los veladores. Lo que sí se hizo hace tres años fue aprobar una nueva normativa que ordena el uso del espacio público con la colocación de terrazas, pero no se entró en lo que se cobra por el uso privativo de la calle.

El trabajo se afronta casi un año después del acuerdo del pleno del ayuntamiento que acordó por unanimidad un cambio de la ordenanza, pero al mismo tiempo se hace con tiempo suficiente para que haya una aprobación definitiva que pueda entrar en vigor de cara al ejercicio de 2018, ya que lo que se acuerde no tendrá efectos prácticos hasta el 1 de enero del año próximo porque los hosteleros que han renovado la licencia ya han pagado el importe correspondiente a 2017.

A partir de ahora se inicia un proceso largo, ya que al dictamen de la comisión tendrá que seguir una aprobación del pleno del ayuntamiento y un periodo de exposición pública del documento para que los interesados presenten alegaciones, será entonces, si antes no se consulta con el sector, cuando los empresarios podrán hacer sus propuestas. Luego quedaría el informe de las alegaciones que se presenten y la aprobación definitiva, en el verano se podría contar ya con un texto de la nueva norma.

Las dos variables que más influyen en lo que se paga por la tasa son el sitio donde está ubicada la terraza y el precio que se da a cada metro cuadrado del suelo donde se coloca. El trabajo ha empezado con el callejero, dado que el que se ha venido aplicando en los últimos años ha quedado obsoleto, no corresponde con la realidad de la ciudad. El callejero influye en lo que paga cada uno y para hacer la nueva distribución de las calles se ha dado más valor a las que están más céntricas, incluyendo en una segunda categoría los barrios con mayor densidad de población o con más actividad empresarial y turística. El fin del callejero es gravar más a los que tengan un potencial de uso mayor, aunque desde el sector son muchas las voces que piden acabar con esta división y que se aplique un único valor.

No obstante, la distribución de calles por categorías aparece en la mayoría de las ordenanzas fiscales de otras poblaciones, que sí difieren respecto a la de Cáceres en la fórmula para determina el importe de la tasa. En Cáceres se aplican hasta seis variables (valor del metro cuadrado, días de ocupación, parámetro de aprovechamiento...), cuando en otras poblaciones lo que se aplica es un valor por metro cuadrado real ocupado o un precio por mesa y cuatro sillas en función de la categoría de la calle donde el velador esté instalado, esta es la idea que tiene la comisión, aunque aún quedan muchos meses por delante para renovar la ordenanza.