Por mucho que se empeñen no van a conseguir que Papá Noel deje en el olvido a los Reyes Magos. La única ventaja del anciano es que te permite jugar con los regalos desde el día 24. Pero eso se debe a que la gente maneja más dinero y ya no es necesario guardar los juguetes hasta el año siguiente, porque antes te daban los regalos el día seis y el siete estabas en la escuela. Es que no te daban tiempo ni para romperlos. En lo demás no pueden ni compararse.

Los reyes vienen en una vistosa caravana, anunciados por heraldos, montados en sus caballos, con sus camiones, ¡camiones!, cargados de regalos y en Madrid, como hay tanta gente, incluso van con ellos Donald, Micky, Blancanieves y este año Harry Potter supongo. ¿Y Papá Noel? Más solo que la una, con una bolsa en los hombros, que ya me dirán lo que cabe en una bolsa, y una campanita. Y encima entra en las casas por la chimenea, que ahora que ya no hay chimeneas sino mepansas entrará por los respiraderos del gas.

La ceremonia de entrega también es muy distinta. A las doce del día 24 te dicen: "Esto te ha dejado Papá Noel", y se acabó. No puede compararse con la emoción de colocar los zapatos en la puerta del dormitorio, y bien limpitos. Y luego los esfuerzos para dormirse pronto, pues ya se sabe que si no te duermes no te traen nada. Así, a la mañana siguiente eres tú, el peque, el primero en despertar. Hay que ver lo que se tarda en romper todos los papeles y envoltorios. Podían venir sin nada, pero eso es motivo de emoción.

Ahora en lo que más se diferencian es en que Papá Noel te trae las cosas que él quiere, que suelen ser de abrigo o de calzar, pero los reyes te traen lo que has pedido. Y es que saben leer mucho mejor que el pobre Papá Noel, que a lo peor tiene la vista cansada.