El Cuerpo Nacional de Policía sigue tras la pista de los cinco ladrones que el pasado miércoles robaron un coche en la gasolinera del cruce de la Charca Musia y que ha vuelto a poner de manifiesto el incremento que se ha producido en Cáceres de este tipo de actos delictivos. La aparición de minibandas, muchas de ellas formadas por drogodependientes que necesitan dinero o por personas que residen en barrios marginales, ha disparado las alarmas entre los usuarios y algunos empresarios, que han reclamado un incremento de la vigilancia policial.

Al parecer, según indicaron ayer fuentes policiales, el último caso se produjo porque el propietario del vehículo dejó las llaves de contacto puestas mientras estaba en la gasolinera. Un despiste fue aprovechado por los ladrones, que se hicieron con el coche. El caso lo llevó directamente la Policía Local, que inició una espectacular persecución desde la gasolinera hasta la calle Ródano.

Los cinco ocupantes empotraron el vehículo en marcha contra una pared de la barriada de Aldea Moret y lograron despistar a los agentes tras introducirse en el Bloque C de esa calle, donde la policía los perdió de vista.

Mientras se realizaba la retirada del vehículo con la grúa se produjeron momentos de gran tensión debido a la multitud de personas de la zona que increpaban e insultaban a los agentes. El caso lo lleva ahora la brigada judicial de la Policía Nacional.

EL SEGUNDO ROBO

Ese mismo día también se produjo la sustracción de otro vehículo, que también estaba abierto y con las llaves puestas. El coche se encontraba en el concesionario de Peugeot, en la carretera de Mérida, y luego fue localizado en la calle Juan García, de Aldea Moret.

El último éxito del Cuerpo Nacional de Policía en este sentido se produjo la semana pasada con la detención de J. F. V. G, delincuente habitual conocido como Vigara , que tiene en su haber más de 30 detenciones por robar coches. Otro de los fichados por la policía es R. H. J., alias Rupert , un hombre de 43 años residente en Aldea Moret. Junto a ellos existen más ladrones de este tipo, que actúan por diversas barriadas de la ciudad y que roban los coches, roban en su interior e incluso los utilizan para carreras, los queman y los lanzan luego al pozo de La Esmeralda.