Rodríguez Moñino ni siquiera alcanza la longitud de un campo de fútbol, pero sus dos aceras suman un veintena de negocios de distintos sectores (joyerías, decoración, flores, seguros, moda, corsetería, peluquería, tapas, ferretería...), entre ellos firmas muy veteranos y conocidas. Es la calle de Diosán, de Sebastián Navarro, de Papeles Pintados Alonso... Todos ellos han visto la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, de dar un empuje a la imagen de la calle, de revitalizar el comercio de proximidad, donde el cliente recibe un trato personal y puede encontrarse como en su propia casa.

Por ello acaba de surgir la Unión de Comerciantes de Rodríguez Moñino, que además se ha estrenado con un objetivo entrañable: recuperar el ambiente de las fiestas de San Miguel, que se celebraron en Cáceres entre 1948 y 1986. El pasado sábado consiguieron montar la feria en plena calle con talleres, actuaciones, barbacoa, acciones solidarias y otras propuestas abiertas a la ciudadanía. Ni siquiera faltaron los animales, que ocuparon pequeños corrales dispuestos por El Refugio.

Ha sido la primera de las convocatorias que estos hombres y mujeres del comercio de Rodríguez Moñino han llevado adelante con su propio esfuerzo y presupuesto. Seguro que vendrán más. "La unión es necesaria, hay que potenciar el centro de la ciudad, donde la gente puede disfrutar más de las compras. El comercio cada día está más preparado, hay un gran abanico de productos de calidad", explica Sebastián Navarro, empresario de la zona y uno de los promotores, que anima a otras calles a sumarse a este tipo de iniciativas.

Prácticamente todos los negocios de la calle (tiendas, hostelería...) se han sumado al colectivo. "Queremos transmitir que no es necesario salir al extrarradio o fuera de la ciudad para hacer compras, en el centro tenemos de todo. La crisis ha hecho que el comercio se supere, que se recicle, y ha dado un salto que el cliente está percibiendo. Además, siempre ha sido un comercio de calidad", afirma Sebastián Navarro.