Si no encuentras a Roma en el mismo Roma ¿no te parece, amigo Paco Acedo, que quizás tú no buscabas la Roma real sino tu Roma? La vida política ya hace mucho que está inventada y no suele dejarse influir por ninguna individualidad por muy exquisita que se considere. Es difícil y fácil a la vez. Pero es necesario valer para ella. Es difícil porque juegan ideologías y eso enraíza en lo más profundo de las personas, pero también juegan intereses espúreos y eso conlleva luchas fratricidas. Y es tan fácil que mucha gente navega por ella sin demasiados problemas. Al fin y al cabo lo único que se considera imprescindible es la capacidad de formar equipo. O, como se dice en el lenguaje político, tener cultura de partido. Porque la política es un proyecto que para ser llevado a cabo necesita el trabajo coordinado de muchos.

Las personas son insustituibles y por lo tanto Paco dejará en el ayuntamiento un hueco que nadie puede llenar. Tiene sus virtudes y sus defectos, como todos. Echaremos de menos ese aire de dandismo rompedor que tanto impacta en una tierra como esta pero continuaremos viéndole en las piedras eternas. Sin embargo el grupo socialista no puede quejarse porque entra Marcelina Elviro. Y Marce, cuya vida es la política y así lo ha demostrado a lo largo de los años, es sinónimo de trabajo, de fidelidad a un proyecto, de honestidad y desprendimiento. Tiene algo difícil de encontrar hoy: ideales. Cualidades que no atesoran muchos políticos. Es de esperar que ayude a cohesionar el grupo, a elaborar proyectos ilusionantes y a trabajar en paz.

Los concejales toman posesión y cesan, pero la ciudad permanece y el ayuntamiento sigue funcionando. Nadie es imprescindible. Unos tienen más aciertos, o suerte, que otros.