El mercado municipal de Ronda del Carmen abrirá sus puertas el próximo martes tras una reforma integral que ha durado un año. El ayuntamiento mostró ayer imágenes del nuevo aspecto que tendrá la planta baja, donde se ubicarán los puestos de venta de productos perecederos. En total hay 20 estands de carne, pescados, frutas y otros productos frescos; 17 de ellos están ya asignados, por lo que se sacarán a concurso los otros tres que quedan vacantes. Estos serán adjudicados por un periodo de cinco años con la posibilidad de prorrogar otros cinco, según se recoge en el nuevo reglamento aprobado ayer en la comisión de Fomento.

El concejal del área, Víctor Bazo, explicó ayer que, tras la rehabilitación del inmueble, se hacía necesario actualizar el reglamento del mercado ya que el original data de 1998 y "se había quedado obsoleto", aunque en el año 2000 se modificó para cambiar el sistema de adjudicación de los puestos, que pasó de ser por subasta a concurso público.

De momento, para los antiguos puestos se mantendrá el sistema contractual que tuvieran. La nueva norma se aplicará a los tres que quedan por adjudicar pero, según señaló el concejal, después "habrá que unificar el uso en un solo reglamento".

También se recoge en la nueva normativa que los puestos deben tener una estética uniforme y que deben dedicarse exclusivamente a la venta a minoristas. "Se trata de hacer un mercado moderno, funcional y de calidad para los clientes", aseguró el edil y recoge la agencia Europa Press.

Por otro lado, la segunda fase de la remodelación del mercado de Ronda del Carmen, que consiste en adecuar la primera planta para establecimientos hosteleros que ofrezcan sus productos para consumirlos en el mismo lugar, estará lista para el verano, según indicó Bazo. Las obras ya están en marcha. Una vez finalizadas se abrirá un proceso para adjudicar los puestos. Habrá diez, cinco de ellos serán para hostelería, tres para locales de bebidas, uno será una ludoteca infantil y para el último aún no se ha definido su finalidad.

Cada uno de los establecimientos contará con una zona de mesas o terraza, pero también se instalará un espacio central comunitario para que los clientes puedan consumir allí lo que adquieran en cualquiera de los establecimientos. La planta de arriba, una vez esté en funcionamiento, adecuará sus horarios a los del sector hostelero según los servicios que ofrezca cada local, de manera que, aunque cierren los puestos de productos, los bares permanecerán abiertos.