La apertura de la ronda norte, prevista para finales del año 2004, dotará a la ciudad de su primer corredor verde. El nuevo cinturón, que conectará la N-630 y la N-521, ha sido concebido por el equipo responsable del proyecto como una vía arterial urbana por el que los peatones y los ciclistas podrán circular paralelos a la carretera. Para ello, se han establecido itinerarios específicos con cruces a nivel o mediante pasarelas en las zonas más pobladas y en el Arroyo del Concejo.

El diseño de la obra prevé la construcción de pasos elevados, unos a distinto nivel con pasarelas, y otros al mismo con encaminamientos de seguridad en las glorietas que serán iguales a los que el ayuntamiento utiliza en el resto del viario urbano.

PROTECCION DE LA CAÑADA REAL

El proyecto de la ronda norte recoge además un control y un seguimiento arqueológico de las obras, con especial atención a la Vía de la Plata y a la Cañada Real, situada junto a la glorieta de los Castellanos. Está previsto que se coloquen portadas rústicas de madera y que el ganado pueda transitar por la cañada mediante cerramientos del mismo tipo. Asimismo, los técnicos protegerán los restos de un antiguo molino, junto al Arroyo del Concejo en la Ribera.

La ronda norte dispondrá también de barreras de seguridad en las que se utilizarán la madera y el acero. Esta opción ha sido elegida por los técnicos para combinarla con los muros de piedra de gran tamaño que se colocarán en La Sierrilla.

Las medidas de protección ante el impacto del tráfico consistirán en la instalación de pantallas arbóreas densas, que también se colocarán en los tramos colindantes a las zonas verdes que atraviese la ronda norte.

Con el objetivo de reducir el ruido del tráfico, la nueva carretera llevará una capa de microaglomerado discontinuo para disminuir los niveles de sonoridad de los neumáticos.