Le gusta el barroco, adora el buen gusto. Defiende el arte como una de las mayores cualidades del ser humano y como vehículo para enriquecer el espíritu. Vitalista y divertida. Magnética, llamativa, de labios poderosos, y ojos y sonrisa que atraviesan cual Flora en La primavera de Botticelli. Venus sensual, antítesis de la mujer sometida. A sus espléndidos 52 años, Rosa Perales es más mujer de bandera que nunca.

--Siempre me ha parecido una mujer magnética...

--El magnetismo es algo que tiene que ver con dos polos.

--Y la miro y no puedo dejar de detenerme en sus labios...

--Labios que ríen, lloran o se enfadan.

--Como una Gioconda de Da Vinci...

--Eso lo tomo como un cumplido (risas).

--Y en sus ojos que siempre me atraviesan...

--¡Me encanta mirar como el mundo de los niños!

--Como Flora en La primavera de Botticelli...

--Porque la vida es breve, injusta y apasionada.

--Y para qué engañarnos, en toda usted, porque usted, Rosa, es pura sensualidad...

--Toda mujer la posee por naturaleza, pero hay muchas mujeres que han renunciado a ella. El hombre moderno la añora.

--Como la Venus de Urbino de Tiziano...

--Se aprende mucho del erotismo sabiendo mirar un cuadro.

--Porque siempre he pensado que la sensualidad es solo cosa de mujeres y usted es mujer en todas las esquinas de su cuerpo...

--La sensualidad no tiene sexo, pero tiene que ver con una forma de vivir.

--Un poco menina cacereña...

--No soy menina, la menina representa a la mujer sometida, llevo toda la vida luchando contra ello.

--Por su empeño en que todos transformemos nuestra conciencia social acerca del hecho femenino y dejemos de ser machistas, porque el machismo envilece al hombre...

--Y a la mujer. Hasta la generación de nuestras madres han fomentado el machismo, ahora nos toca a nosotras enseñar a nuestros hijos desde la igualdad.

--También por el barroquismo velazqueño de cada uno de sus ademanes...

--¡Viva el barroco!, es la transgresión de la norma. Nos enseña a adaptarnos, a transformarnos, es decir, cuando la ocasión lo requiere.

--Por ser, a sus 52, una mujer de bandera...

--Esto es pura genética. (Más risas).

--Porque usted es llamativa...

--¡Qué le vamos a hacer!

--Algo inca...

--¡Aaaahh! soy mezcla de muchas razas, por eso no tengo problema de intolerancia.

--Divertida...

--Me encanta divertirme, es una de las cosas más atractivas que tiene el ser humano. Todos los días hay que reírse un poco, sobre todo de uno mismo.

--Habla por los codos...

--Uufff, tengo que decir que es cierto, que hablo mucho.

--Gusta del buen gusto...

--Lo procuro.

--Se gusta...

--A estas edades de la vida, si uno no se gusta... más vale que lo deje: ahora o nunca.

--¿Y cómo es posible ser todo eso en un Cáceres donde aún se mira de reojo?

--Cáceres no es distinta a otras ciudades que conozco. Sucede exactamente igual en cualquier lugar.

--¿Dónde al que destaca se le tilda de ser un yo-mi-me-conmigo de la vida ...?

--Lo bueno es que siempre son los mismos quienes lo dicen.

--¿Qué es el caudillismo?

--Es el poder camuflado de populacheo. En realidad es bastante facilón.

--¿El arte enriquece o ennoblece?

--El arte es una de las mayores cualidades que tiene el ser humano. Creo que es una verdadera riqueza el poseerlo y que enriquece fundamentalmente el espíritu.

--¿Qué es mejor, ser amado o ser amante?

--Siempre ser amante. El amante es el brío, el que tiene la fuerza para dar y no para recibir, sobre todo porque el que recibe es estático.

--¿Rosa, qué es para usted la capitalidad?

--Un sueño posible que llega a muy poca gente.

--Y para despedirnos, ¿me dedica un cuadro?

--Esta ha sido la pregunta más difícil de todas. Pero me quedo con Las meninas , de Velázquez, sobre todo porque las meninas son para mí el misterio y en ellas aparece algo que siempre me ha impresionado mucho: somos múltiples espejos de uno mismo.