Brad Pitt era un chaval cuando el 18 de mayo de 1993 se proyectó la primera película en Multicines La Dehesa. Protagonizó por aquel entonces El río de la vida , que sirvió para estrenar la sala 3. Ayer, casi 18 años después, el espacio cultural del centro comercial Ruta de la Plata cerró sus puertas tras la decisión del exhibidor cinematográfico con sede en Madrid de no seguir adelante con el negocio porque ya no era viable.

Atrás quedaron cientos de films y una plantilla de media docena de trabajadores que optaron por guardar los buenos recuerdos en su momento más triste en los multicines. Tras la medianoche, cuando finalizara la proyección de Los próximos tres días , con Russell Crowe a la cabeza, las lámparas de las máquinas italianas Galaxy 140 se apagarían para siempre. Durante esta semana tendrá lugar el desmontaje de las cinco salas que, con una capacidad total de 1.100 butacas, pondrá fin a la historia de los primeros multicines a los que pudieron acudir los cinéfilos en la capital, a los que a partir de ahora solo les quedará una opción.

Si la inauguración en 1993 fue un acontecimiento, como recordaban ayer los empleados, la despedida fue una mezcla de nostalgia y tristeza para ellos. Todos transmitieron el mensaje de que se habían sentido "como una familia" durante los años que han compartido en unas instalaciones en las que, dijeron, hubiera sido necesario invertir para poder seguir atrayendo al público. Algunos espectadores se sorprendían aún ayer al enterarse de que no podrán volver a disfrutar de una tarde de domingo viendo el último estreno.

Agradecimientos

Entre lágrimas, Caty Sánchez, una de las empleadas que abrió los multicines, recordaba cómo allí conoció al que hoy es su marido y los vínculos de amistad con los espectadores durante todo este tiempo. En las últimas semanas muchos han acudido a despedirse, incluso con regalos para agradecerles la atención.

En la sala de proyección, los operadores Anastasio Durán y Felipe Rubiales se afanaban también, entre máquinas y rollos de películas, en que todo estuviera a punto. "Un cine tiene magia. Nada puede superarlo", decían mientras en la pantalla Johnny Deep se enamoraba de Angelina Jolie en una escena de El turista , otro de los títulos con los que dijeron adiós. Nunca podrán olvidar que su trabajo sirvió para que muchos pudieran soñar.