La ‘Ruta de las palabras’ se detiene «en rincones para el encuentro, para el recogimiento, para una buena charla o para la lucha. Para irse de copas o para quedarse sin adjetivos...». De esta forma la describe su autora, la periodista Paula Almonacid, quien asegura que «Cáceres es una ciudad de palabra, de gente honesta que disfruta hablando, que llena terrazas todo el año».

Su itinerario recoge espacios como las escaleras del Arco de la Estrella, «testigos de las primeras confidencias entre adolescentes»; la avenida Virgen de la Montaña, «con manifestaciones contra las cláusulas suelo, la reforma educativa o la guerra en Siria»; el Kiosko de la Música, punto de encuentro y «atalaya» desde la que escuchar miles de conversaciones diarias; el Salón de Plenos, donde la ciudad se turna en sus exposiciones; Alzapiernas, con su «juego de palabras» que recibe al turista; la Minerva, de imprenta a restaurante para la charla; el Parque del Príncipe, donde hablan los pájaros; el Bar Amador y su gramola, que revolucionó la calle de los vinos desde los años 60 hasta la Movida; la Filmoteca y sus palabras en versión original; o el silencio del Oratorio San Pedro de Alcántara.