Dinamizar el mercado inmobiliario en el casco histórico es el fin de una nueva oficina municipal que se puso en marcha en diciembre pasado. La iniciativa, como medio para salvar del abandono el casco viejo, es muy oportuna y en mi opinión debería ser imitada por los responsables municipales de otras muchas ciudades de nuestra región.

El abandono de los centros históricos es una realidad visible en la inmensa mayoría de las localidades extremeñas. A la falta de servicios y las muchas incomodidades que supone vivir en el centro se suma lo costoso que resulta adquirir en las zonas monumentales una vivienda, que además, en la mayoría de los casos, requerirá también una costosa rehabilitación.

Es por estas circunstancias, no por falta de interés de los ciudadanos, que la repoblación de los cascos históricos está frenada y sus inmuebles, monumentales o no, se deterioran y pierden.

Por ello, cualquier iniciativa que desde las instituciones se ponga en marcha para salvar los cascos viejos de nuestras ciudades, tratar de repoblarlos y darles vida será todo un acierto.

Si se facilita la venta y adquisición de sus inmuebles, si se prestan ayudas y se dan facilidades para su mejora y rehabilitación y se dota a las zonas de los servicios de que disfrutan los nuevos espacios urbanísticos, es seguro que los centros históricos resurgirán.