La rehabilitación más visible de la ribera debe realizarse en el tramo comprendido entre el Puente de San Francisco y el Puente Nuevo. Esta actuación fija intervenir en ella para devolver las características naturales, "dentro de lo posible", al cauce y su entorno. De esta forma, se propone recuperar un funcionamiento más natural, con la idea de lograr que el río rehabilitado "se vaya haciendo más similar al que fue antes de su degradación", aunque el informe reconoce las limitaciones impuestas por las presiones existentes.