Cáceres volvió a entregarse anoche a una de sus tradiciones más populares. La quema del dragón de San Jorge, con la que se rinde tributo al patrón y se revive la reconquista de la ciudad por las huestes cristianas, volvió a brillar en una plaza Mayor repleta de público dispuesto a disfrutar de la fiesta. Fuegos artificiales, música y escenificaciones teatrales sirvieron para acompañar el acto, en el que el espectacular monstruo del artista cacereño Eladio Avila, de casi 17 metros de largo y siete de altura, murió pasto de las llamas ante miles de ciudadanos.

Y es que el tiempo respetó con creces a la noche. La temperatura suave ayudó y la plaza Mayor lució el ambiente de las grandes ocasiones: engalanada con las banderolas de San Jorge, el público buscó la mejor ubicación para poder divisar al dragón, este año articulado, con tres cabezas --dos de ellas móviles-- que subían y bajaban durante el desfile para ser divisadas por los espectadores durante su recorrido.

También favoreció al trayecto de la comitiva el nuevo itinerario. Tras la salida desde la avenida de la Hispanidad y el giro en la rotonda de Renfe, el desfile encaró la avenida de Alemania donde los asistentes aprovecharon la amplitud de las aceras para ganar en comodidad y visibilidad. Niños, padres, jóvenes y abuelos disfrutaron del pasacalles en el que estaba previsto que participaran 150 personas. Coordinado por Kiko León y Amparo Jiménez, el desfile fue más vistoso y atractivo que años anteriores. Más movimiento y más brillo en un recorrido en el que no faltaron los zancudos, las bailarinas y los escupefuegos , que dieron color al cortejo que acompañó al dragón por la avenida de España, San Antón, San Pedro, Gran Vía y la plaza Mayor.

Fue un desfile en el que también participaron caballos y unos grandes muñecos que hacían las veces de rey y reina y que, posteriormente, formaron parte de la representación preparada en la plaza Mayor.

AL COMPLETO Con las calles del centro abarrotadas de público, un espectáculo de luz y sonido acompañó a la quema, al ritmo de las canciones de Mansaborá Folk, y la danza de bailarinas. Un pantalla gigante instalada en el frontal del ayuntamiento permitió a los espectadores disfrutar del evento que, antes de las 22.30 horas, ya había visto cómo el dragón quedaba convertido en un esqueleto de madera ardiendo. Fue el momento culmen de la noche, que daría paso a las representaciones de la asociación Fratres de Cáceres, el grupo Comodines Folk y la voz a ritmo de jazz y soul de Lourdes Garrido.

La organización del evento funcionó sin grandes dificultades e incidentes, a pesar de la gran cantidad de público que se congregó en la plaza Mayor, una vez más sin capacidad suficiente para que los ciudadanos pudieran disfrutar de la fiesta. El único incidente reseñable lo constituyó el traslado de una joven que había sufrido un desvanecimiento, según informaron anoche los servicios de asistencia.

CON BRILLANTEZ Fue una velada de San Jorge diferente porque los ciudadanos se volcaron, disfrutaron de lo lindo e hicieron que la convocatoria ganara aún más ese carácter popular que la ha hecho grande.

El esfuerzo municipal por dar más fuerza a la fiesta quedó patente anoche, algo que los ciudadanos agradecieron siguiendo muy de cerca lo que estaba ocurriendo sobre el empedrado. La masiva afluencia obligó incluso a los peatones a utilizar las calles adyacentes para salir de la plaza Mayor porque Pintores estaba repleta de público. Los fuegos artificiales, pasadas las once, pusieron el broche final a una noche de lo más hermosa.