Hasta mediados de los años 70 Aldea Moret tuvo en Santa Bárbara a su patrona y en su festividad, el 4 de diciembre, el día grande del barrio minero. A medida que la actividad comenzó a decaer en la zona, la fiesta fue cayendo en el olvido del que se pretende rescatar ahora con una serie de actividades, entre ellas la proyección de imágenes que se puede ver hoy y los días 3 y 4 de diciembre en el corazón de la minería, el edificio Embarcadero (en el horario habitual del edificio, de 8.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas).

"La fiesta de Santa Bárbara era la gran festividad del barrio minero. Ese día no se trabajaba en la mina y había muchas fiestas. Hacían comidas y cenas, bien en bares o en casas", señala Ana Isabel López Holguín, autora de la exposición audiovisual. Los sitios más habituales eran 'Los Pepes' o el hotel Toledo, aunque hubo algún año en el que el buen tiempo (raro dadas las fechas) permitió hacerlo en el parque que había en el propio poblado.

La exposición está integrada por 150 fotografías, que forman parte del archivo familiar, aunque también hay piezas cedidas por personas del barrio que vivieron la celebración, porque el fin es "dar a conocer lo que era la fiesta de Santa Bárbara aquí", reconoce esta joven. Ella no conoció la fiesta aunque "le he oído a mi padre hablar de ella desde que era niña", afirma. Porque su padre, Francisco López, como su abuelo y sus tíos, sí conocieron la vida en el poblado que surgió en torno a la gran industria de Cáceres.

Parte de los actos de la fiesta de Santa Bárbara corrían a cargo de la empresa que explotaba la mina, la Unión Española de Explosivos. En esa jornada, se entregaban diplomas a los trabajadores con más años en la mina, había baile, se disputaban competiciones de fútbol en el campo situado en los terrenos en los que ahora se levanta la urbanización Río Tinto y había campeonato del tiro al plato, disciplina por la que había gran afición en la zona. Y por supuesto había una misa en la iglesia de San Eugenio, tras la que los mineros, vestidos con las mejores galas, paseaban a la santa por las calles del barrio, que también se engalanaban con flores y macetas para la ocasión, e incluso por algunos de los pozos, como el de la Abundancia.

De todo eso ahora queda solo la misa con la santa, que ya se celebra en la iglesia de Jesús Obrero y no en la de San Eugenio, el recuerdo de lo que fue en un montón de fotos y el deseo de recuperar la fiesta.