Desde la plaza de la concatedral sube un intenso olor a queso fuerte, a pura oveja, a torta en pleno esplendor primaveral. Y la esencia se convierte en un reclamo, porque la pequeña callejuela que comunica con el Arco de la Estrella se llena poco a poco de público y recuerda a un día de mayo con la patrona en el templo, pero no, es abril, y tampoco se ven flores, sino auténticos jamones de bellota que también reconfortan el alma. Una treintena de puestos exponen los mejores productos de las 32 mancomunidades extremeñas con motivo del congreso Intermunicipia , que desarrolla la Junta y que reúne a participantes de 20 países de Europa y América.

Paté a 2,50 y paletas a 60

La feria gastronómica se mantendrá abierta hasta el sábado noche como escaparate de las perlas del mundo rural extremeño, y es una buena oportunidad para degustar y comprar a buen precio. Algunos ya se han dado cuenta, porque toda la remesa de la Patería de Sousa se acabó el primer día y ayer tuvieron que viajar a Fuente de Cantos para reponerla. "La gente pide especialmente los de Pedro Ximénez y naranja horneada, todos a 2,50", explicaba ayer la dependienta. También triunfa la paleta ibérica de bellota de Monesterio con denominación de origen, "a 65 euros de media", proclamaba un vendedor.

Y por supuesto, atracción total en las degustaciones de las tortas del Casar y la Serena, dos estands donde no se puede comprar, "¡solo probar gratuitamente!, aclaraban las jóvenes empleadas, que cortaban y untaban, cortaban y untaban más y más, mientras cacereños y turistas agradecían el detalle a dos carrillos. Y al lado, los productos de Hurdes, Gata y el Jerte, cuyo expositor se ha convertido en una improvisada agencia de viajes. "Los turistas reconocen la comarca, vienen, nos preguntan cómo llegar. Hemos tenido que ir a por mapas", explicaba ayer su personal.

Muy cerca, una orgía de dulces caseros de la vieja panadería de Aldeacentenera: borrachos de vino, pestiños, flores, pericos, brazos de gitano con almíbar brillante... "La gente se lleva muchísimas galletas rizadas y bollas de chicharrones, todas a 2 euros", detallaba apresurada la dueña.

La feria se completa con otros dos mercadillos: una carpa de 200 metros en las Veletas, donde se exponen trabajos de artesanía regional (cuero, cerámica...); y una veintena de estands institucionales en San Mateo, que dan a conocer el trabajo de las mancomunidades y de los grupos de acción local.

Quejas del comercio

Sin embargo, la feria ha generado malestar entre algunos comerciantes cacereños, que afirman que no han tenido opción a participar. "Muchos expositores son nuestros suministradores, que están vendiendo más barato", critica una empresaria. Además, recuerdan que los estand no pagan, "y nosotros tenemos impuestos". El propio secretario de la Federación Empresarial Cacereña, Pedro Rosado, dijo ayer no entender "por qué se permite vender en un congreso, y no en otros, sin respetar la normativa de venta ambulante. Solo debe haber degustaciones".