La concatedral de Santa María necesita la aportación de los ciudadanos para llevar a cabo una de las mejoras proyectadas desde hace años, imposible de acometer hasta ahora por falta de financiación. Se trata de la instalación de un sistema de calefacción que haga más llevaderas y confortables las celebraciones durante el invierno, tanto las religiosas como las actividades culturales, que hasta el momento se desarrollan en el frío ambiente de un gran edificio de piedra del siglo XV. El cabildo catedralicio considera que precisamente este año 2007, cuando se cumple el 50 aniversario de la elevación de Santa María a la categoría de iglesia concatedral (1957), es el más indicado para pedir a los cacereños "un pequeño esfuerzo".

Sería un regalo ciudadano al principal templo cacereño con motivo de sus bodas de oro, considerando que muchas iglesias de ciudades y pueblos tienen climatización hace años. El presupuesto para instalar el sistema idóneo asciende a 73.369 euros, ya que Santa María presenta problemas insalvables: "No se puede tocar el pavimento ni las laudes por el peligro de graves desperfectos. Además, las instituciones que velan por el patrimonio no permiten intervenciones agresivas en el monumento", explica el deán y delegado diocesano de Patrimonio, José Antonio Fuentes.

Tenían que excluirse por tanto los procesos tradicionales de calefacción y pensar en alguno que no afectara ni a la estructura del edificio ni a su estética. Y la solución llegó desde Finlandia. "Se trata de un sistema eléctrico de radiadores bajo los bancos que ya se ha aplicado con buenos resultados en unas 200 iglesias y catedrales de España, por ejemplo en Casar de Cáceres. Crea un microclima en torno a la persona que genera una agradable sensación de bienestar", detalla el deán. Además, supone una alternativa de bajo consumo que no mancha ni ensucia y tampoco requiere obras especiales, "idóneo para edificios histórico-artísticos", subraya.

YA EN LA CAPILLA A finales del 2006, el cabildo acometió una primera fase experimental en la capilla del Santísimo Sacramento, donde se celebran misas diarias. "Nos ha parecido positiva, de modo que si la respuesta de los ciudadanos es generosa, nos gustaría adaptar el resto del templo lo antes posible", precisa el deán.

El problema estriba en que la concatedral soporta un desembolso significativo para mantener el edificio y al personal del mismo, y en cambio tiene recursos "muy escasos" al no ser parroquia ni contar con la colaboración de los feligreses. De ahí la necesidad de realizar una campaña de sensibilización. Los donativos ya pueden depositarse en el templo o en las cuentas abiertas. Además, el cabildo solicitará a las entidades que habitualmente organizan conciertos en la concatedral, que programen una cita especial cuyos beneficios se destinen a este fin.