La candidatura avalada por el Banco Santander y la Fundación Marcelino Botín aspira a convertirse "en un punto de encuentro y diálogo entre culturas y naciones y un referente internacional de creación artística y convertirse en un espacio de acogida". Según el manifiesto de Santander 2016, la ciudad cántabra aspira a convertirse en "una cita ineludible en los circuitos europeos de exhibición y debate de las artes y la cultura en su sentido extenso, aunando en este contexto tradición y vanguardia, localismo y cosmopolitismo, orgullo y humildad".