El alcalde de Cáceres se mostró ayer muy contrariado al referirse a la crisis de Waechtersbach, la tercera mayor industria de Cáceres. "Si finalmente se liquida será una pérdida muy significativa para la ciudad", dijo, haciendo especial hincapié en las consecuencias para la plantilla. Sin embargo, Saponi no se limitará a conocer el proceso desde fuera: "Esta situación no me cuadra y he encargado un informe al área económica del ayuntamiento para saber qué es lo que realmente ha ocurrido".

El responsable municipal dijo estar "bastante preocupado" por una situación que le inquieta: "¿Cómo es posible que después de numerosas reuniones entre expertos, técnicos y responsables institucionales para salir de la primera quiebra, después de los apoyos recibidos también desde el ayuntamiento --la fábrica debía 70.900 euros al consistorio--, esto se venga a pique?", inquirió. "Me consta que los trabajadores han hecho un gran esfuerzo, y el empresario afirmó que había posibilidades. Todo el mundo dijo que se había resuelto el problema, y no ha sido así. Por ello creo que hay que hacer una análisis", declaró.

Por su parte, el Subdelegado del Gobierno en Cáceres, Fernando Solís, lamentó ayer las pérdidas económicas que la desaparición de la fábrica supondrán para la ciudad, especialmente por el carisma de esta empresa fundada en los años 70 en Las Capellanías, y se mostró sobre todo preocupado por los empleados.

LA FUERZA DEL MERCADO En el mismo sentido se manifestó la portavoz municipal del PSOE, Carmen Heras: "Se trata de una empresa privada que por lógica debe ser rentable para poder mantenerse, pero las circunstancias del mercado muchas veces se imponen aunque desde fuera se preste apoyo. La Junta ayudó a buscar un nuevo empresario y aportó subvenciones, pero si el titular entiende que no hay posibilidades de futuro... Ahora nos inquietan sobre todo los trabajadores, los principales damnificados de este proceso", declaró.

El portavoz municipal de IU, Santiago Pavón, considera sin embargo que han concurrido otras circunstancias. "Estamos ante un pseudoempresario que sin acreditar su solvencia se hizo cargo de la fábrica, obtuvo una importante quita de las instituciones, redujo drásticamente los salarios, realizó 45 despidos y ahora liquida la fábrica. Nos tememos que quizás busque beneficiarse de la venta de los terrenos, y qué casualidad que coincida con la revisión del plan de urbanismo. Lo indagaremos", dijo.

EL MENOR DAÑO El sector empresarial también se pronunció ayer. El presidente de la Cámara Oficial de Comercio, José Jarones, lamentó "profundamente" el fin de una "importante apuesta empresarial que durante años ha contribuido a la dinamización económica de Cáceres", y deseó que se solvente "con el menor daño posible hacia las partes implicadas, con especial sensibilidad hacia los noventa empleados". "Esperamos que pronto surjan iniciativas que llenen el hueco que puede dejar la multinacional", agregó.

Por su parte, Pedro Rosado, secretario general de la Federación Empresarial Cacereña (FEC), prefirió ser cauto hasta que se conozca el expediente de liquidación de Waechtersbach, pero lamentó este desenlace tras el esfuerzo realizado por instituciones y acreedores. "De todos modos creemos que la planta se hundió antes de la primera quiebra, no después. Los déficits de inversión y la pérdida de mercado están ahí hace años", matizó.

EL PERIODICO EXTREMADURA también intentó conocer ayer la opinión de los responsables de la Junta de Extremadura, institución que jugó un importante papel en la primera quiebra, pero no hubo ninguna respuesta por parte de la Administración regional.