El discurso de bienvenida a la patrona fue ayer especial para José María Saponi. Reincorporado a la vida municipal desde el pasado mes de enero tras una operación de miastenia que lo mantuvo alejado del ayuntamiento durante varios meses, el alcalde aprovechó su alocución para pedirle a la patrona que le dé "fuerzas suficientes" para ser su pregonero el próximo año.

Al cumplirse en el 2006 el centenario del patronazgo canónico de la Montaña sobre la ciudad, la cofradía ha solicitado al alcalde que pregone la llegada de la Virgen, algo que Saponi ha aceptado "con cariño y devoción".

Esta petición fue el aspecto más destacado de un discurso en el que, como cada año, el alcalde imploró para que los políticos ofrezcan a la sociedad posibilidades para acceder a una vivienda y un trabajo dignos o para que Cáceres "se convierta algún día --dijo-- en Ciudad Europea de la Cultura". Saponi insistió en el valor que tendría el título de la capitalidad para que la ciudad "sea --subrayó-- un referente importante de progreso y de paz".

En pleno debate del Womad, dijo que "cada día son más" los que acuden a Cáceres "para disfrutar de sus calles, su libertad, su concepto de la solidaridad". El alcalde pidió asimismo a la Montaña para que "desaparezca ya la violencia de género" y para que España sea la "nación plural" y "unidad indivisible", según marca la Constitución.

Por su parte, el obispo, Ciriaco Benavente, igual que hizo el alcalde, habló del nombramiento del cardenal Ratzinger como Benedicto XVI. El prelado recordó la figura de Juan Pablo II y dijo que "cuando le vayamos conociendo se irán cayendo muchas etiquetas que le hemos pegado, y nos sorprenderá".