Horacio Daza es colombiano de origen. Como ingeniero electrónico con postgrado, ejercía de profesor universitario en Bogotá. Pero los problemas del narcotráfico y otros que sacudían el país le movieron a trasladarse a España para que sus hijos no tuvieran que llevar ese lastre. Aquí tenía familia, de modo que primero llegó a Navalmoral, luego estuvo en Madrid y finalmente recaló en Cáceres en mayo del 2002. Tiene su empleo en Catelsa, filial cacereña del grupo Hutchinson dedicada a la fabricación de piezas de caucho y termoplástico para la industria del automóvil.

Horacio lleva doce años en Cáceres, su mujer ejerce como profesora y tienen dos hijos. Desde hace siete años preside la Asociación Cacereña de Extranjeros (ASCE). "Muchos se han marchado en los últimos años porque ven que no merece la pena sacrificar a su familia, su cultura y sus costumbres por algo que al principio, cuando llegaron, era la panacea, España estaba en auge, pero terminó y hay que buscar otro sol que alumbre", explica.

Algunos se marchan con buenas perspectivas. Por ejemplo, los colombianos regresan a un país que se ha convertido en la segunda economía latinoamericana para inversiones. De hecho, las grandes multinacionales también están desembarcando con sus 'pros' y sus 'contras'. Parte de la familia de Horacio Daza ha retornado a su tierra donde encuentran mejores perspectivas laborales que en España, ya que aquí engrosaban las listas del paro. "Se encuentran bastante bien allí, la verdad", afirma satisfecho.

Entre los que se han quedado en Cáceres "hay de todo". Los hombres tienen mayores problemas para conseguir trabajo. Las mujeres suramericanas siguen encajadas en su estereotipo de limpieza, cuidados a niños y ancianos, y hostelería. "Además, dando gracias si encuentran un trabajo. Es una lástima, porque hay mucha gente con muy buena preparación universitaria que se está desperdiciando, y eso es lo peor que le puede ocurrir a un país, prescindir del talento humano", afirma.

Respecto a la situación económica, Horacio Daza asegura que siempre se muestra muy positivo y que "más al fondo no podemos caer. Llegamos a un nivel donde al menos nos estamos estabilizando por abajo. En adelante habrá que recuperarse si se hace una limpieza en la política y sus apaños", señala. En este sentido, lamenta el daño a la imagen de España y las consecuencias que se derivan.

Horacio no descarta regresar un día a Colombia, le gustaría, aunque tiene una mentalidad muy abierta porque sabe que las economías van cambiando, unas veces están en auge y otras en crisis. "De todos modos nosotros somos muy familiares, y donde está la familia estamos a gusto", concluye.