En enero de 2013 se cumplió el centenario de la muerte de Segismundo Moret y Prendergast (Cádiz, 1838 - Madrid, 1913). Fue abogado y catedrático de Instituciones de Hacienda de la Universidad Central de Madrid. El rey Alfonso XIII asistió a su entierro el día 30 y dispuso que ese día ondeara la bandera española a media asta en todos los edificios del Estado de la Corte, en señal de duelo.

Luis Antón del Olmet y Arturo García Carraffa escribieron una biografía pocos meses después de la muerte. En ella dicen que el apellido paterno es de origen catalán y el materno inglés. El Ayuntamiento de Cádiz expresó admiración y gratitud a "un gran estadista, orador egregio y defensor insigne de las ideas democráticas" en placa colocada en 1906 en la casa donde nació el 2 de junio de 1838. En Cádiz, plaza de Isabel II, en el monumento inaugurado el 29 de noviembre de 1909, cuatro inscripciones dicen: "Elocuencia, Lealtad, Libertad y Patriotismo". Los autores recogen también el deseo de que su entierro fuera modesto: "Lo único que desearía es que mi féretro fuese cubierto con la bandera nacional, para que ese signo sagrado hablase, cuando ya mi voz se haya extinguido, del amor que profeso a mi patria y la profesaré hasta mis últimos instantes. Ni flores ni coronas".

Otros trabajos posteriores tratan de la biografía política de este liberal monárquico, iniciada en 1863, sin profundizar en su cercanía a lo científico, tecnológico y social. En mi opinión, la conclusión de su tesis doctoral de que el capital y el trabajo son armónicos, y que la escuela liberal económica era la única para el progreso, es el referente de un hombre inteligente, de formación amplia, trabajador y emprendedor.

Moret, conocedor de las rocas fosfáticas de Extremadura, viajó numerosas veces a Cáceres entre 1874 y 1881, en cuyo cercano Calerizo se descubrieron en 1864 y exportaron pronto a países europeos. En particular, estuvo en junio 1876 para constituir la Sociedad general de Fosfatos de Cáceres (SgFC), de ámbito internacional. Otras veces estuvo por asuntos del ferrocarril directo Madrid-Portugal.

Un tren de invitados llegó a Cáceres a las 7.00 del 7 de octubre de 1881 para asistir a la inauguración de mencionada línea férrea internacional al día siguiente, a la que vinieron los reyes Alfonso XII y Luis I . El rey español partió de Madrid en tren a las 18.00 del día 7 para recibir al rey portugués en la estación de Valencia de Alcántara la mañana siguiente; viajaron con él Práxedes Mateo Sagasta , ingeniero de Caminos y presidente del Consejo de Ministros, y Moret. Los dos reyes y sus comitivas viajaron a Cáceres; cuatro máquinas fueron bendecidas por el obispo de Plasencia, y continuó el programa del día 8, incluso la corrida de toros en día tan lluvioso. El rey portugués regresó en tren a las 22.30 y el rey español pernoctó en el ayuntamiento.

Al día siguiente, domingo, hubo misa oficiada por el obispo en la iglesia de Santa María, visita a la villa monumental y viaje en tren a las minas de la SgFC. A la llegada, salvas mineras saludaron; siguieron visitas a la mina Abundancia y otras, las escuelas y alguna casa, y hubo banquete, discursos de Moret y Alfonso XII, y un emocionante desfile minero de niños, mujeres y hombres. A las 13.00 partió el tren real a Madrid y se regresó a Cáceres para continuar la jornada.

XINTERNACIONALx La conmemoración tuvo difusión internacional y Publio Hurtado Pérez escribió la crónica. Añado que el ayuntamiento acordó al día siguiente distinguir a Moret con el título de Hijo Adoptivo. Y que el Real decreto de 9 de febrero de 1882 concedió a Cáceres el título de Ciudad, y el tratamiento de Excelencia al ayuntamiento.

Nadie pensaría por entonces en un final de la actividad minero-industrial ni que Cáceres quedaría sin conexión ferroviaria con el país vecino. Lo segundo se consumó el pasado 16 de agosto.

Hoy es conocida la céntrica calle de Moret, pero se desconoce al personaje más relevante de Cáceres. En mi opinión, ayuntamiento, diputación y Gobierno de Extremadura deben sumar al potencial de la ciudad monumental el potencial de tal pasado. En beneficio de nuestra ciudad, pueden contar con nuestras aportaciones.