Una casa en la barriada de Pinilla por 5.600 euros, o la mitad de una vivienda en el casco viejo por 9.800. Son dos de los bienes que han figurado en la lista de subastas de la Tesorería de la Seguridad Social de Cáceres, a las que puede concurrir cualquier ciudadano con solo anteponer un depósito. Sin duda un buen filón para los oportunistas, porque los bienes se adjudican en ocasiones por debajo del tipo de enajenación (precio de subasta), pero ojo, porque muchas veces no se conoce el interior del inmueble, el vehículo o el tractor por el que se puja, razón por la que la asistencia a estas subastas suele ser escasa.

Pisos, garajes o locales comerciales en Nuevo Cáceres, R-66, Mejostilla o la zona centro de Cáceres, además de los diversos pueblos de la provincia. En las subastas de la Seguridad Social tienen cabida inmuebles urbanos y rústicos (fincas, naves...), vehículos, embarcaciones y otros bienes (herramientas, ordenadores, mobiliario, teléfonos, materias primas, taladros, troqueladoras, diversa maquinaria...). El pasado año, el organismo realizó un total de 21 subastas: 13 casas, 2 propiedades rústicas y 6 vehículos. De ellos, finalmente se adjudicaron diez bienes por un total de 70.857 euros. Desde enero se han celebrado otras diez, que suelen incrementarse en los últimos meses del año.

Pero éste es el final de un largo camino "en el que los morosos tienen muchas oportunidades para saldar o aplazar la deuda, incluso hasta momentos antes de la subasta", explica la directora provincial de la Seguridad Social, Ana Belén Martín.

COMO EVITARLO ¿Pero quiénes son morosos? Mayoritariamente los que no pagan las cuotas de este organismo: empresarios, autónomos o personas del Régimen Agrario que deben abonarlas por su cuenta. Cuando se detecta la deuda comienzan a funcionar las Unidades de Recaudación Ejecutiva (URE), tres en la provincia: Cáceres, Trujillo y Plasencia. El usuario recibe una, dos... varias notificaciones. Algunos demoran el pago todo lo que pueden, pero la Seguridad Social acumula recargos progresivos del 5% al 35%, además del pago de intereses y de los costes del procedimiento (valoración de los bienes, publicación...), para no crear un agravio respecto al ciudadano que sí cumple puntual.

Primero llega el embargo de las cuentas bancarias, de las devoluciones tributarias o de los bienes para sacarlos a subasta, "pero entre embargo y subasta pasan unos 5 meses en los que la mayoría salda la deuda buscando una solución. Solo un 10% no lo hace", explica el subdirector provincial de Recaudación Ejecutiva, Tirso Sánchez. Si el proceso sigue adelante, el moroso recibe una providencia de subasta y el anuncio se publica en el ayuntamiento, en la Seguridad Social y en su web: www.seg-social.es , donde también aparece la fecha y el precio o tipo de enajenación.

¿Cómo se calcula esta cifra? "En el caso de un piso, se obtiene de la valoración de la empresa especializada Segipsa, que realiza este cometido en todo el país, y se restan las cargas preferentes si las hubiera, por ejemplo una hipoteca. El deudor puede presentar otra valoración, que se acepta si no supera el 20%", precisa el jefe de la URE de Cáceres, José Antonio Espinosa. A partir de ese momento cualquier ciudadano puede optar a la subasta presentando su oferta en sobre cerrado con un depósito en cheque conformado, equivalente al 25% del tipo de enajenación. También puede acudir directamente a la subasta constituyendo allí un depósito del 30%.

Si hay dos ofertas iguales, se adjudica a la primera que se presentó, pero generalmente se vende al mejor postor, incluso puede haber pujas verbales durante la subasta, con un tope del 75% del precio. La media de asistentes es de dos o tres personas, entre ellos familiares de morosos que se pujan por el piso o coche.