Los semáforos en ámbar intermitente para vehículos y rojo para peatones constituyen el principal problema. El viandante tiene que pulsar un botón si quiere cruzar, cuando la norma indica que él tiene preferencia (artículo 146 del Reglamento General de Circulación). "Por tanto se acostumbra a los conductores a pasar por un disco naranja sin parar, lo que puede entrañar peligro en otras zonas que sí están bien reguladas: ámbar para vehículos y verde para viandantes", explican las autoescuelas. Esta deficiencia fue subsanada en algunos puntos de la ciudad como Colón y la Hispanidad, donde se eliminó el pulsador y los coches deben dejar pasar al peatón. Pero continúa en la glorieta de Renfe, en las rotondas de Ruta de la Plata, en el acceso a esta vía desde Rodríguez de Ledesma, y curiosamente en todas las glorietas de la ronda norte.

Por otra parte, el semáforo situado en Gil Cordero, frente a la gasolinera, provoca retenciones en hora punta al permanecer demasiado tiempo en rojo. También el de la calle Berrocala tiene un fallo: al estar instalado a la izquierda sólo afecta a los coches que van en esta dirección o de frente, dejando cancha libre y arriesgada a los que giran a la derecha. Los peatones ni siquiera disponen de un disco verde.

El semáforo de Rodríguez de Ledesma, frente al instituto Pacheco, debería tener un pulsador para viandantes y permanecer verde el resto del tiempo, "evitando retenciones cuando no pasa nadie". Otro semáforo ubicado en el centro de la Cruz regula a los vehículos que vienen por avenida de Alemania, pero al estar situado a la izquierda sólo afecta a los que van hacia Cánovas o ronda del Carmen, no a los que giran hacia Antonio Hurtado, que por tanto pueden colisionar con los que llegan por