La semana se ha escrito en femenino. Femenino plural: Yolanda y Leonor. Dos nombres de mujer que de una u otra forma nos han tocado la fibra sensible. Yolanda murió de frío, dicen, en un banco de Cánovas. Llevaba dos meses a la intemperie en el coqueto parquecito de Calvo Sotelo, un recodo que, paradójicamente, rezuma vida. Los niños se deslizaban por el tobogán, los padres leían el periódico y los abuelos paseaban ajenos al drama de Yolanda. Falleció sola tras una noche al borde del abismo, a cero grados, y el destino quiso que ocurriera en la Semana de los Sintecho. Qué fatal ironía. Y lo peor es que habrá más yolandas. Nadie garantiza el ¡nunca más!.

Yolanda estaba huérfana de techo. Pero Leonor los tiene para dar y regalar. La consejera de Ibarra para la cosa de la vivienda arribó a Cáceres con 3.000 pisos baratos bajo el brazo. Y con ella llegó el escándalo. Subida al escenario de un abarrotado Gran Teatro, con aires de solista de canción ligera, encandiló --al menos eso dicen-- a más de 2.000 ciudadanos que por fin ven una luz al fondo del túnel de la vivienda. Casas a 60.000 euros. Parece un sueño. El que persiguen Vanesa, Noelia, Carmen, Montaña, Silvia, Juani... Todas en primera fila. Todas buscando un techo.