Un nuevo almacén clandestino de elaboración y envasado de conservas vegetales para consumo humano ha sido localizado y precintado en la provincia.

Tan sólo tres meses después de que Sanidad precintara una nave clandestina de envasado localizada por agentes de la Guardia Civil en el término municipal de Huélaga, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Jarandilla de la Vera han localizado otro almacén clandestino en el término municipal de Torremenga. En ambos casos la actividad era la elaboración y envasado de pimientos de piquillo, y en las dos actuaciones se intervinieron varios miles de conservas y envases, la maquinaria utilizada para la elaboración de los productos, y se procedió a la detención y puesta a disposición judicial de los propietarios, por un presunto delito contra la salud pública.

NUEVA INTERVENCION Sobre la segunda actuación, llevada a cabo a primeros de enero y de la que ayer informó la Subdelegación del Gobierno, se indicó que la actividad clandestina se realizaba en el interior de una caseta de aperos ubicada en Torremenga, "donde se encontró maquinaria diversa, utensilios y un número importante de botes metálicos de los empleados habitualmente para el envasado de conservas vegetales".

Posteriores investigaciones condujeron a los agentes hasta un establecimiento comercial, propiedad del imputado --según ha podido saber EL PERIóDICO un vecino de Jaraíz de la Vera--, y al hallazgo en el interior del almacén de material y productos alimenticios "que confirmaron la sospecha inicial de que se pudieran estar llevando a cabo operaciones de almacenamiento, manipulación, elaboración y envasado de productos sin los permisos y autorizaciones precisas".

Además de 1.654 latas de conservas de pimientos de piquillo, la Guardia Civil intervino en la operación numerosas etiquetas con la inscripción de varias firmas comerciales, unas 17.000 pastillas utilizadas como regulador de Ph, un horno para el asado de productos, un calderín para la cocción de los envases, unas 300 latas vacías, 3.300 tapas de cerramiento y otros utensilios.

Además, en las instalaciones donde se llevaban a cabo estas actividades, "se advirtieron numerosas deficiencias higiénico-sanitarias, así como el incumplimiento de los requisitos exigidos en la normativa vigente".

Todos los productos alimenticios e instrumentos intervenidos, junto al imputado, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, al tiempo que se informó de los hechos al Servicio de Seguridad Alimentaria y Salud Medioambiental de la Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura.