¿Quién no ha tarareado alguna vez ‘Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000’, ‘Manué no t’arrimes a la pared’ o ‘Me duele la cara de ser tan guapo’? Toda España, de todas las generaciones, lo han hecho. Detrás de estas letras, Los Inhumanos. Su cantante, Sergio Aguado, habló ayer para EL PERIÓDICO. Hoy están en la Caseta Municipal de la Feria de San Fernando y, sin duda, hay que verlos.

-¿Qué ofrecen esta noche?

-Una fiesta. No somos de llegar, tocar y marcharnos. Somos de participar, de interactuar con el público. Son dos horas de diversión para todos los públicos.

-¿Cómo fueron los comienzos del grupo?

-Sientes cierta nostalgia al recordarlos. Fueron en una playa natural de Valencia, donde no había pubs, así que nos íbamos todos los amigos allí con las guitarras, a cantar y a componer. Entonces surgió una camaradería que aún hoy continúa. Bendita suerte que una compañía independiente nos llamó y sacamos nuestro primer LP, ‘Verano inhumano’. Triunfó y hasta ahora.

-Pertenecen a la generación de los 80. Defínalos...

-Siempre hablamos de la movida madrileña, pero lo cierto es que hubo movida en todas las ciudades de España. Quizá se originó por generación espontánea, ante lo que pasaba también en Estados Unidos y Reino Unido. Los 80 fueron una explosión de creatividad enorme.

<b>-Las cosas han cambiado...</b>

-De la década de los 80 hemos pasado a la década del karaoke. Antes existían programas de televisión como ‘Aplauso’ o ‘Tocata’, donde se cantaba en directo, donde había cantantes que cantaban y componían, ahora en la tele hay programas donde gente que nadie conoce canta canciones de otros y donde los artistas hacen de jurado. Antes se premiaban otras cosas, ahora se premia al que canta mal, al que es gordito o al que llora. Lo hemos visto en Eurovisión, han acribillado al muchacho cuando en realidad la culpa no es de él sino de quienes lo han elegido.

-¿Cómo ven el país?

-No nos gusta ni el terrorismo ni la corrupción imperante. La democracia es de los ciudadanos, no de los partidos. Pero ahora las cosas pasan y nadie es responsable de lo que pasa.