En los trabajos previos de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana se identifican 189 enclaves o edificios localizados y protegidos por la certeza o posibilidad de presencia de restos arqueológicos. La relación que aparece en el plan en vigor es de 118 enclaves. Este incremento se produce al incluir los inventariados por los servicios de arqueología de la Consejería de Cultural. La diferencia sería incluso mayor si se añaden otra treintena de elementos inventariados por distintas fuentes, que, sin embargo, no especifican su ubicación exacta.

Los trabajos previos son documentos orientativos, que ya establecen medidas para proteger el patrimonio arqueológico. Los enclaves identificados tienen servidumbre arqueológica, con acciones de precaución y respeto de los posibles restos. Uno de los elementos que se identifican en la revisión y que no están expresamente recogidos en el plan en vigor es el palacio de Mayoralgo, donde hace dos años se localizaron restos romanos, otros enclaves que se incorporan son las fuentes de Hinche y Aguas Vivas.

Las medidas de protección no se limitan a los elementos identificados. Tanto el plan en vigor como la revisión amplían esta preservación a las zonas que se fijen en la normativa urbanística como áreas de vigilancia arqueológica, en las que se necesitan sondeos e informes previos al inicio de cualquier actuación.

Uno de los enclaves con servidumbre arqueológica que aparece tanto en el plan general de urbanismo en vigor como en la revisión es la Huerta del Conde, donde se va a actuar urbanísticamente tras aprobarse el plan de ejecución de un residencial con 389 viviendas. Se hizo un sondeo arqueológico previo, autorizado por la Junta el 22 de julio, aunque la Dirección General de Patrimonio Cultural ha ordenado la paralización de cualquier movimiento de tierras de la urbanización hasta que esté garantizado el seguimiento arqueológico durante los procesos de la remoción de tierras y cimentaciones.

Fuentes de la promotora que acometerá el residencial precisaron que el seguimiento se hará y que no ha sido necesario "paralizar nada" porque hasta ahora lo que se ha hecho es acopio de materiales y áridos y un desbroce de los viales. Según recuerda la consejería, la carta arqueológica de la región especifica que "posiblemente haya una relación" entre la Huerta del Conde y la Vía de la Plata, que discurre por las proximidades, con "hallazgos esporádicos de monedas, cerámicas y de estelas funerarias".

La orden de la Junta es del pasado 27 de octubre y coincide en el tiempo con las advertencias hechas por colectivos ciudadanos y conservacionistas que informaron de que las obras se iniciaban sin estudio arqueológico.

En el plan y en su revisión se distinguen elementos con servidumbre arqueológica en terreno no urbanizable y en suelo urbano y su entorno. Muchos están en la primera categoría. La normativa en vigor identifica 90 elementos en suelo rústico, y en los trabajos previos de la revisión se tipifican 131 enclaves en terreno no urbanizable con posible presencia de restos arqueológicos. Esta cifra tan elevada tiene su justificación por el tamaño del municipio, cuya extensión es de 1.750 kilómetros cuadrados, casi la misma superficie que toda la provincia de Guipúzcoa.

Uno de los enclaves que está en suelo no urbanizable es el yacimiento de Cáceres el Viejo. El equipo redactor de la revisión del plan ha presentado recientemente al consistorio un informe sobre qué tratamiento tendrá el yacimiento en la nueva normativa. Esta información se solicitó para remitirla al Defensor del Pueblo, que requirió al ayuntamiento comunicación sobre qué se está haciendo para dotar de una protección adecuada al yacimiento y de la propuesta contemplada en la revisión. El Defensor del Pueblo también criticó al ayuntamiento por no contar aún con un plan especial de protección para este enclave.

CACERES EL VIEJO El equipo redactor informa de que el yacimiento romano de Cáceres el Viejo se califica como equipamiento cultural público y está dentro del suelo no urbanizable de protección arqueológica, donde "no es posible el desarrollo de ningún uso salvo el dirigido al estudio y protección del bien".

El área de protección del yacimiento es una franja de doscientos metros que se inicia a partir del último vestigio. Los cincuenta primeros se sitúan dentro del suelo de protección arqueológica, mientras que los 150 restantes están en terreno de especial protección Llanos, pero con dos excepciones, ya que parte de esta zona quedó afectada por la reclasificación que aprobó definitivamente la Junta para la construcción del residencial de Proexsa. No obstante, este terreno queda como espacio libre y público.

La otra excepción se debe a que en los 200 metros de la servidumbre arqueológica está la carretera de Torrejón, cuya duplicación se prevé en la revisión del plan, aunque se ha planificado hacia el este para que interfiera lo menos posible en el yacimiento y cuando se acometa "se tomarán las precauciones necesarias", según se informa por el equipo. En cuanto al plan especial, se apunta que se hará con independencia de la revisión al tener "suficiente entidad".

Adenex, colectivo que se dirigió al Defensor del Pueblo, ha hecho pública su inquietud por los efectos de la carretera del polígono ganadero, que cruza el yacimiento y cuyo tráfico se incrementará con el recinto industrial de La Mejostilla.